Capítulo 18: ¡Me escuchas por las buenas o por las malas!

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Una casa blanca pequeña de dos pisos. Había una panadería al lado y se veía que la casa tomaba parte de esta por el segundo piso. Para entrar había que cruzar una reja y luego subir unas escaleras empinadas. Que extraña edificación. Uno entraba por el segundo piso.

Dulce había estado quince minutos estacionándose ¿Pero qué esperaba en pleno centro? Finalmente había dejado el auto en un estacionamiento privado a cinco cuadras de ahí. Y ahora llevaba otros diez parada en la reja como idiota.

Estaba pensando que le diría, como lo haría y había recontado mentalmente el dinero que podía ofrecerle como mil veces. Cuando estuvo segura de tocar el timbre sintió como la puerta de arriba se abría y Christopher bajaba las escaleras con ropa de deporte.

Dulce solo había retrocedido un par de pasos asustada ¿Se había dado cuenta que estaba ahí hace ya varios minutos?

Pero Christopher se sorprendió de verla al abrir la reja de su casa.

-¿Dulce?- preguntó sacándose un audífono del oído.

Ella levantó la mano tratando de mostrarse naturalmente -Hola- sonrío.

-¿Qué haces aquí?-.

-¿Oscar no te dijo?-.

-¿Qué cosa?-.

-Vine a traerles las fotos de los trabajos- respondió levantando tres sobres gordos.

-Ah pues gracias- tendió la mano para que se las pasara pero ella se negó.

-No espera que quiero hablarte de algo primero- dijo agarrando las fotos con mayor posesión.

-¿Hablar? -preguntó frunciendo el ceño y luego puso una cara de fastidio al encontrar en su cabeza la respuesta- Ya sabes que no- se puso nuevamente el audífono y empezó a correr como si nada.

-¡No Christopher espera! -gritó al ver cómo se alejaba. Se miró los zapatos. Unas plataformas lo suficientemente altas para caerse de bruces si no miraba el suelo con preucación- Demonios- se susurro a si misma.

Pero era tan obstinada que decidió seguirlo. Apuró el paso y corrió mirando el suelo para no caerse.

-Escúchame por favor- pidió cuando lo alcanzó.

El ni la miró, pero adelantó el ritmo.

Dulce se sacó los zapatos para poder correr mejor. Si no la quería escuchar lo iba a obligar.

Fue corriendo con todas sus fuerzas hacia el -En... serio... no me puedes... hacer esto- dijo con la voz agitada por el esfuerzo.

¡El maldito se adelantó aún más! Parecía Usain Bolt de tan rápido que iba.

Dulce paró e hizo un último intento. Corrió con todas sus fuerzas pero esta vez no fue a parar al lado suyo. Sino que a sus espaldas, dejándolos a ambos tirados en el suelo.

Esto le sonaba vagamente familiar. Solo que ahora los papeles estaban invertidos.

Aunque no había podido evitar rasparse la rodilla y las fotos habían salido volando un metro más allá de ellos.

-¿¡Pero qué te pasa!?- preguntó Christopher anonadado por lo que acababa de suceder.

Toda la gente que pasaba los miraba curiosos.

-¡Quiero que me escuches!- se cruzó de brazos.

-¿Y tenías que tirarte encima mío para hacerlo?-.

-Pues si. Me ignoraste. Además esto lo aprendí de ti si mal no recuerdas-.

Christopher dijo algo que Dulce no pudo entender.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora