Capítulo final

1.8K 165 204
                                    

¿Cuántas veces Dulce se había desilusionado? ¡Millones de veces en la vida! ¿Con Christopher? Recordó una a una... cuando pensó que iba a besarla cuando en realidad la echó de su casa a duras palabras, cuando ella le había hecho una cena mientras que el solo estaba buscando sexo, cuando le había dicho que era una niña malcriada, cuando había roto con ella...

Pero ninguna, ni todas las que había cometido Christopher, ni las que le habían sucedido en la vida ¡Ni juntas! Le habían dolido tanto como la que acababa de decir Octavia. Una mezcla de tristeza, nostalgia, rabia y dolor hizo presión en su corazón. Logrando un dolor... un dolor, que si no hubiera sabido la causa juraría que era un infarto.

Esto no podía estar pasando ¡Esto no podía estar sucediendo!

-¿Cuándo... cuándo se fue?- preguntó con un hilo de voz, apoyándose en la puerta.

-Llegué a su casa para ir a ver cómo estaba y estaba subiéndose a un taxi rumbo al aeropuerto, yo... yo no pude detenerlo, no sé entre en pánico... no se despidió de nadie y yo... demonios Dulce, no se siquiera como llegue aquí. El no puede irse así, no nos puede dejar así como así...-.

-¿Quieres decir que tampoco se despidió de ti?-.

-¡No...! De su madre quizás... no lo sé Dulce, no lo sé... ¡Es que no puedo creer que haya hecho esto! Estoy tan... ay, sigo sin poder creerlo-.

Dulce suspiró profundo. Necesitaba pensar a solas todo esto para poder asimilar que la persona que amaba se estaba yendo, que la persona que creía conocer en realidad no la conocía para nada.

-Yo... necesito estudiar, mañana tengo prueba y... gracias por avisarme Octavia. Yo... adiós- la despidió cerrando la puerta.

Pero Octavia con su mano, impidió que lo hiciera.

-No, espera... Dulce debes acompañarme-.

La chica la miró sin abrir la puerta nuevamente, entre el pequeño hueco que quedaba.

-¿A dónde?-.

-A buscarlo pues- le suplicó con los ojos más expresivos que Dulce había visto en su vida.

-¿Qué? ¿Tú estás loca? No voy a ir a pedirle nada nunca más...- negó con la cabeza cerrando nuevamente la puerta.

-¡No! Dulce -pidió Octavia deteniendo la puerta con el pie, ahora solo se podían ver la mitad de la cara de cada una- debes acompañarme por favor-.

-¿Por qué?-.

-Porque...-.

-¿Por qué si siento que ya ni lo conozco? -preguntó nuevamente interrumpiéndola- ¿Por qué si él ha hecho todo para alejarme? No me quiere en su vida. Mensaje recibido y entendido. No me hagas pasar por más vergüenzas por favor-.

Recordó el viernes casi con rabia. Maldito estúpido. 

-Dulce... todos hemos pasado por tiempos duros en nuestra vida, pero hay gente que tiene a personas importantes a su lado que las ayudan a superarlos-.

-¡Pero estoy cansada! -dijo mientras sentía como las lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos- ¡Estoy cansada de que tenga que perseguirlo todo el tiempo cuando no lo merece! ¡Él ha tomado sus propias decisiones! Estúpidas, pero son suyas. Yo... demonios, lo apoyé cuando él ni me quería junto a él ¿Por qué tengo que ser yo la que tiene que estar a su lado cuando claramente el no me quiere ahí?-.

-Porque el te...-.

-¡Ni siquiera lo digas que no respondo!-.

-Dulce -abrió un poco la puerta con su hombro y la tomó de las manos para tranquilizarla- mírame y dime si no te gustaría decirle todo eso ¿Crees que se merece escapar de todo? ¿Crees que se merece decir adiós así sin más? ¡Te debe una explicación! Un disculpa, un perdón, un por qué... Y si él no lo hace tienes que ir a buscarlo, porque la vida no es pareja por si no te has dado cuenta, porque hay gente que tiene que dar la vuelta a la montaña mientras otros tienen un túnel para poder pasarla sin ninguna explicación lógica-.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now