Capítulo 12: Una idea

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Dulce estiro sus brazos como si fuera a tocar el cielo y admiro la obra. Todavía no está completamente terminada, pues algo habían comentado que Adriano la terminaría el día de mañana junto con otro grupo de artistas. Pero hoy habían hecho grandes avances. Dulce perfectamente podría haber dicho que estaba terminada pero a los ojos de alguien más experimentado se podría decir que faltaban bastantes detalles.

Christopher se acercó a ella -¿Te aburriste?-.

-Para nada- admitió.

El le ofreció una mano para pararse del pavimento. Ella la tomó confiadamente, pero no se había dado cuenta que estaba llena de pintura. A propósito, pues era mucho cantidad y no estaba seca.

Él sonrió viendo la reacción de Dulce. Ojos y boca abiertos.

Ya decía que era mucho tiempo sin molestarla.

-Eres un idiota ¡Mira como dejaste mi mano, toda manchada!- alegó mirándose la mano.

Pero lejos de quejarse y solamente hacerse la víctima había decidido vengarse. Se levantó y la mano que tenía pintura se la pasó por la cara y el cuello hasta llegar al inicio de la polera.

Christopher se tocó la cara llena de pintura.

-Te ves mucho mejor así, todo un modelo- bromeó Dulce vengativa.

El la agarró de la nada y refregó toda su cara en la de ella y en su pelo.

-¡Suéltame!- gritaba Dulce. Y como se retorcía quedó mucho más manchada de lo que debería.

-Como diga señora- y la dejo en el suelo toda desarreglada, llena de pintura y el cabello desordenado.

Se escucharon las carcajadas de Luciano a lo lejos, pues su risa era perceptible desde la distancia.

-Te tengo que sacar una foto, te juro que nunca te he visto tan sucia- rió acercándose y usando la cámara.

Dulce estaba que echaba chispas, gracias a Dios que solo el polerón de Christopher había quedado manchado, pero su cara ¡Su pelo! No habían corrido la misma suerte.

-Te odio- le dijo a Christopher con los brazos cruzados.

-Solo te quiero dar un poco de color, eres muy estirada- le guiñó el ojo.

-No soy estirada-.

-Si lo eres, y mucho-.

-Tú eres un pesado-.

-Lo sé- sonrió altanero.

Y petulante, creído e imbécil le hubiera gustado decirle.

Dulce se cruzó de brazos y se lo quedó mirándolo fijamente.

Adriano los interrumpió -Toph- le tocó el hombro.

-Adriano- se dio vuelta.

-Me tengo que ir, realmente fue un gusto verte -lo abrazó- y espero también verte más seguido. Quizás me pase por New York después de esto, me gustaría ver a Pablo. Así que si tienes su número o su dirección sería asombroso que me la pasaras-.

Christopher sonrió falsamente -No tengo nada de él, pero seguro lo encontrara sin mi ayuda-.

-Esta bien hijo, cuídate -se dirigió a Dulce- Y tu también, espero sigas con la fotografía-.

-Gracias-.

Adriano tomó sus pinturas junto con Plus y Luco y fueron con los materiales hacia la bodega.


El camino de vuelta a la casa de los Espinosa fue llenado por la conversación de Luciano acerca de las fotos que había tomado. Habían sido tomas bastante buenas, y todos se rieron, a excepción de Dulce, cuando mostraron las ultimas fotos en las cuales ella aparecía toda manchada.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now