Capítulo 17: ¿Sexo o dinero?

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Dulce se había pasado todo el domingo estudiando. Su primer examen era el miércoles pero aún así no se dejaba confiar por las materias. Nunca.

Ahora estaba repasando algunas cosas con Irina antes de entrar a clases en las mesas de afuera, en una que siempre se sentaban.

-Entonces... -Irina lanzó un grito ahogado interrumpiendo lo que iba a hablar.

Dulce soltó el lápiz por la reacción de su amiga y vio que era lo que le había dado ese susto.

-¡Oh por Dios!- gritó Irina y fue corriendo hacia Raúl que venía en silla de ruedas.

Dulce se había olvidado de llamarle ¡Qué mala amiga! ¡Y que vergüenza! ¿Qué le diría? ¿Cómo podía hablar con él después de todo lo sucedido?

Se paró y fue corriendo hacia ellos. El tumulto de curiosos ya se había juntado para preguntarle qué le había pasado.

-¡Vamos Raúl! ¿Qué te pasó?- insistió Irina.

Dul se mordió el labio.

-Nada... es solo que me doblé el pie- dijo finalmente claramente avergonzado por tanta pregunta. Jamás les diría la verdad. Lo molestarían para el resto de su vida.

-Pero si no tienes ninguna venda o yeso- puntualizó Julián mascando una manzana.

-Ya no importa, debo ir a clases- quiso avanzar pero Pedro, un amigo de Julián se lo impidió.

-¡Falta todavía media hora para que empiece tú clase!- le dijo.

-Lo sé pero quiero estar antes para poder acomodarme más- mintió y avanzó dejando atrás a todos.

Dulce dudo si era el momento para hablarle o no. Finalmente sus pies corrieron solos hacia él.

Raúl sintió los pasos de su amiga y se dio vuelta para mirarla.

-Dulce- pronunció al verla detrás suyo.

-Hola...- saludó cohibida.

-¿Te puedo pedir algo?-.

-Lo que quieras-.

-No le digas a nadie lo qué me paso, por favor- pidió sin mirarla a los ojos.

-Si si por supuesto -respondió de manera atropellada- Yo... lo siento mucho en realidad, te juro que no se como... -imágenes volvieron a su cabeza y quiso enterrarse muchos metros bajo tierra.

Pero esta vez no era por el accidente de su amigo, sino que se había acordado de Christopher y como había querido que el fuese el que...

-Tranquila, solo no le digas a nadie-.


Dulce tenía un lápiz y cuaderno en mano. Se estaba concentrando con todas sus fuerzas pero ya llevaba diez minutos sin escribir nada más que una simple línea en la hoja.

Insistir hasta que ceda había escrito. Mientras manejaba de vuelta a su casa había pasado por la cafetería en la cual trabajaba Christopher y se había jurado que al llegar a casa pensaría en varias ideas para convencerlo.

Miró la fotografía de Christopher y frunció el ceño. No se le ocurría nada más que eso.

Sin querer rendirse todavía, se levantó de su cama y fue hacia la pieza de su hermano. Tocó la puerta.

-¡Pase!- gritaron del otro lado.

Dulce abrió la puerta.

-¿Qué onda?- pregunto Luciano con una sonrisa. Estaba parado al lado de su cama con demasiadas fotografías encima en ella.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now