Capítulo 95: Una vez más

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Toda la vergüenza que había tenido Dulce por estar arriba de Christopher se desvaneció como humo. Su mano, que estaba en su espalda, recorrió todo un camino hasta su pecho y luego subió lentamente hacia su cabeza. Tenía el cabello más largo que la última vez, por lo que fue fácil apretarlo, guardar su mano en él.

Se besaban en una explosión de necesidad, de angustia por estar separados tanto tiempo, de deseo y de amor. Y todo eso se lo traspasaban por un solo canal, la boca, la puerta del alma.

No importaba el tiempo, no importaba la agitación de las respiraciones. Christopher fue a por el cuello de Dulce cuando sentía que se iba a desmayar a falta de aire. Pero no quería separarse de su piel por un segundo. No quería perder el tiempo.

Dulce movió sus piernas hasta quedar sentada en sus muslos. Cara a cara. Cuerpo contra cuerpo. Busco la boca de Christopher nuevamente con necesidad.

Mucho tiempo sin sus labios. Mucho tiempo sin su tacto. Mucho tiempo sin estar entre sus brazos.

Mucho tiempo sin su cuerpo.

Dulce recordó la necesidad que los atacó al principio de su relación. Como su cuerpo gritaba por estar con Christopher, como le había sorprendido la intensidad que irradiaba cuando estaba con él.

Mientras él la besaba Dulce recordó su primera vez. La ferocidad de sus ojos, la necesidad de sus manos, la firmeza de sus manos...

Quería eso de nuevo. Quería sentir aquello de nuevo.

Comenzó a desabrochar su chaqueta  con rapidez cuando sintió los dedos de Christopher por sobre los de ella.

¿La iba a detener? ¿Tenía que hacerlo?

Pero no... el comenzó a desabrochar su chaqueta. Uno a uno los botones...

Dulce ya no podía esperar a estar desnuda, estar los dos...

De repente ambos empezaron a sentir como el auto se elevaba. Ambos se tensaron de inmediato.

Christopher aterrado agarró a Dulce de la cintura con fuerza y volteó la cabeza para ver qué demonios estaba pasando.

¡Estaban siendo levantados por una grúa!

¿Qué mier...?

Christopher quiso gritar al entender que quien los estaba levantando era su amigo. Abrazo a Dulce con fuerza y se corrió hacia la ventana derecha.

Asomó la cabeza con furia. El frío le pegó directamente en la cara.

-¿¡Qué te pasa!?- gritó más que enojado.

Su amigo asomó la cabeza por la ventana con una sonrisa.

-¡Amigo mío! Al llegar me quería disculpar, pero ya veo que no estabas en necesidad urgente de mi ayuda- hablo por sobre el ruido de la grúa.

-¿Pero no crees que se te olvidó decirnos que habías llegado?- preguntó con los ojos abiertos y vidriosos. Se veía como un loco.

-Pues no quería molestarlos- se encogió de hombros.

-Pues... ¡Nos podrías haber matado! ¿¡Y puedes dejar de subir el maldito auto!?- pidió al darse cuenta que cada vez seguían subiendo.

El auto paró su movimiento. Dulce dejó de agarrarse con tanta fuerza al cuerpo de Christopher.

-Oh, claro que no hubiera arriesgado sus vidas, ya he hecho esto con personas adentro-.

Christopher lo fulminó con la mirada.

-Mira, te estoy dando una nueva experiencia. Te podría contar con los dedos de una mano quienes lo han hecho en un auto levantado por una grúa-.

-Oh muchas gracias Daniel, que desconsiderado soy. Ahora bájanos por favor-.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora