Capítulo 63: ¡La verdad maldita sea!

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Ni siquiera habían alcanzado a darse la vuelta cuando ya los tenían encima

Ponen las sirenas lo suficientemente cerca para que sepas que vienen por ti, pero que ya es demasiado tarde para siquiera intentar correr.

Dulce estaba segura que nunca había sentido tanto miedo en su vida. Prefería el basurero mil veces ¿Por qué había hecho esa estúpida elección?

Christopher miró para todos lados para ver las posibilidades de escapar. El coche estaba demasiado lejos, la calle no tenía ningún local abierto y el correr solo haría que los atraparan a unos pocos metros. Maldita sea, estaban atrapados. Nunca en su denigrante vida había estado tan atrapado como ahora. Quizás debería haberle prestado más atención a Plus y a Luco. Un minuto... se acordó que en él callejón donde habían estacionado el auto había una escalera externa a un edificio. Podían correr hacia allá en el momento justo, cuando uno de los policías se bajara del auto.

Dos policías bajaron del auto y miraron a ambos con una cara de superioridad. Chris tomó la mano de Dulce con fuerza ¡Faltaba poco!

-Pero mira lo que tenemos aquí... -sonrío uno de ellos, tenía varios kilos de más y un bigote incipiente, muy de película- una chica...-.

Ok. Christopher estaba listo para iniciar la carrera en cualquier momento. Acomodo la cámara y tensó los músculos.

-Oh no muchacho -predijo el policía acercándose a ellos- hemos atrapado a tantos de esta clase que ya sabemos que querrás salir corriendo apenas tengas una oportunidad, como ahora que estoy abajo del auto y puede que me demoré en subirme ¿Esa crees que es no? Pues te equivocas. Se mueven y disparamos -apuntó a su pistola guardada en el estuche junto a su pantalón- y por si las dudas son de verdad... nos dejaron empezar a usarlas en estas situaciones-.

Maldito imbécil. Ahora realmente no tenían salida.

El bigotudo se acercó a la pared donde Dulce había estado trabajando hace apenas un minuto. Con fuerza sacó el stencil de la pared y lo tiró al suelo, rompiéndolo.

-Malditos raya calles, se creen dueños de la ciudad cuando en realidad lo único que hacen es meterse en problemas y hacer estupideces, como este imbécil que tenemos aquí -apunto hacia la parte trasera de la patrulla- que nos quiso hacer quedar como verdaderos idiotas-.

Dulce soltó un grito ahogado al ver que tenían a una persona en el asiento trasero. Como si lo hubieran llamado levantó la vista ¡Por todos los cielos! Era apenas un muchacho y tenía una herida bien fea en el ojo izquierdo.

-Así es preciosa así que es mejor que hagan lo que nosotros queramos -se dirigió a Dulce y la miró de arriba para abajo -¿Quién diría que alguien tan guapa como tú estaría metida en algo como esto? Convirtiéndote en una verdadera rata de calle. Al suelo mocosa- la tiró con fuerza hacia abajo.

Dulce se soltó de la mano de Christopher e hizo lo que se le ordenó.

El hombre se rió y como si esto le diera gracia levantó el pie.

-No la toque- advirtió Christopher con voz de amenaza. Tenía un uniforme que lo podía meter en problemas, pero si le tocaba apenas un pelo, se juró que no le importaría ni en lo más mínimo.

El policía se dirigió hacia él con desprecio -Tráeme las esposas Roberto, este que se nos hace pasar como listillo también merece irse con nosotros. Fotógrafo de quinta- le empujó hacia abajo y lo dejó al lado de Dulce.

Nuevamente levantó el pie y pateó la lata de la mano de Dulce lejos de ahí que con el susto lanzó un pequeño grito.

Christopher movió sus brazos para levantarse pero el policía le pegó en el costado. En el punto de las costillas.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Onde histórias criam vida. Descubra agora