Capítulo 11: Dejar fluir

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-¿Son estúpidos o qué? -preguntó Oscar- ¡Me dieron un susto terrible!-.

Los dos ladrones se incorporaron y sonrieron.

-¡Ja! Pero si que los asustamos- rió uno de ellos y choco los cinco con el otro.

-¿Dónde está Adriano?- preguntó Christopher con un tono neutro pero a la vez autoritario.

-¡Toph! ¡Dios eres tú! No nos habíamos dado cuenta que... hola- se había puesto nervioso.

-Fue a buscar las pinturas al almacén de la esquina- explicó el otro rascándose la cabeza.

¿Es que le tenían miedo a este o qué?

Asintió -¿Nos ayudan a sacar las cosas de la maleta?-.

-Ya escucharon- bromeó Oscar.

-Ya cállate Oscarín- bufó.

Fueron hacia la maleta y Luciano salió para presentarse. Dulce todavía estaba agarrada de Christopher, pues no entendía muy bien lo que acababa de pasar.

-Dulce-.

Ella se soltó inmediatamente -¿Mm?-.

-Te pediría que me dijeras Toph aquí, y a los otros también por sus apodos. Pues aquí nuestra identidad son esos sobrenombres. Ninguno sabe mi nombre real... y prefiero que sea así-.

Dulce asintió repetidamente como una niña chiquita. Sentía su corazón acelerado.

-¿Qué te pasa? ¿Todavía tienes miedo?- preguntó Chris.

-No- contestó de inmediato.

El levantó la ceja.

-Bueno, un poco- corrigió.

El rió y sin pensarlo acarició su pelo -Son unos bromistas, tranquila-.

Luego, se dio cuenta de lo que estaba haciendo y paró. Se aclaró la garganta y salió del auto.

-Dulce- la llamó de nuevo deteniéndose.

-Si- preguntó acercándose para salir del auto.

-Nada... ven preséntate como la fotógrafa-.

"Como la fotógrafa" y Dulce que había hecho ese curso profesional casi como un hobbie. Jamás pensó hacer un trabajo.

Dulce salió de la camioneta y fue hacia donde estaban todos, a los cuales se les había unido recientemente Christopher.

-Hola- sonrío.

Luciano la abrazó por los hombros -Está es mi hermana y me ayudara con las fotos, se llama Dulce -sonrió Luciano- Ellos son Plus y Luco- y apuntó a los que los habían asustado.

-Mucho gusto Dulce- saludaron ambos al mismo tiempo con un asentimiento de cabezas.

En eso se escucharon pasos por detrás.

Christopher se dio vuelta.

-¡Pero mira quién tenemos aquí!- dijo una voz grave.

Dulce interesada dio vuelta su cabeza para ver la escena.

Era un hombre mayor que Christopher el que había dicho eso. Había dejado unos tarritos de pintura a sus pies para abrazarlo con gusto. No como amigos, sino como dos personas que se tuvieran mucho respeto.

-Hace tanto que no te veo -le comentó el hombre con un acento extraño, al parecer era brasileño- Estas mucho más grande. He sabido de ti por diferentes personas, me han dicho que has hecho un gran trabajo por las calles de México- sonrió.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now