Capítulo 23: La firma

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-Igual me gustaría que dijeras algo- comentó Christopher ¿Nervioso?

Dulce no había dicho palabra porque simplemente no había sabido que decir.

-¿Qué? ¿Pero cómo?-.

-Hoy en la noche no se que celebran los irlandeses y no pueden venir ya que hay fiesta. Su jefa no los dejó faltar ya que le habían avisado muy tarde y realmente necesitaban a todos para hoy-.

-¿Y esto quiere decir que todo esto se cancela?- comentó un poco desilusionada.

-Si... no... demonios. No lo sé Dulce. La neta tenía muchas ganas de hacer esto- se pasó la mano por la cara pensando seguramente en posibilidades.

-Es que era la oportunidad perfecta- suspiró Dul pensando en lo enojado consigo mismo que se debe de sentir Francisco por no poder pegar sus pósters.

-¡Exacto! Y yo... no sé- apoyó su frente en el borde del auto cerrando los ojos.

-¿Tú crees que es lo mejor dejarlo para otro día?- preguntó deprimida.

El se separó del auto y la miró a los ojos -Supongo que es lo mejor-.

-De verdad lo lamento- se apoyó en el asiento de al lado suyo.

-No te... preocupes ¡Demonios! Deberían haberle pedido permiso con más antelación-.

Dulce lo miró, parecía muy frustrado por el trabajo de su amigo. Quizás no le gustaba que salieran las cosas como estuvieran planeadas.

-¿No trajiste auto?- preguntó Christopher.

Ella negó con la cabeza -Eso es lo que me habían pedido-.

-Te llevo a casa- comentó.

Dulce asintió. Se subió al asiento del copiloto y el camino se hizo en silencio. Pensaba en como hubiera sido la noche... si el plan hubiera resultado. Seguramente la llamarían para otro día en la misma universidad pero ¡Ella quería que fuera ese día! Quizás el director del establecimiento no iba a aparecerse en algún tiempo más... cuando seguramente todas esas noticias clandestinas hubiera pasado a segundo plano y ya no importara.

-Llegamos- dijo Christopher sacándola de su ensoñamiento.

La esperaba una tarde de estudio y la verdad era que no tenía ni las mínimas ganas de empezarla.

-Gracias por traerme- agradeció con el ánimo decaído.

-De nada- dijo de la misma manera.

Se bajó del auto y sacó sus cosas de la parte de atrás. Cuando había empezado a caminar hacia la puerta sintió un Dulce salir de los labios de Christopher.

Ella se dio vuelta con los ojos interrogantes.

-Yo... ay se que probablemente me arrepienta pero -se aclaró la garganta como si no estuviera muy seguro de lo que decía- necesito hacer esto y... ¿Vamos igual?- preguntó golpeando con sus dedos el volante.

Dulce sintió como el sentimiento de adrenalina la llenaba nuevamente.

-¿Y Pancho?- preguntó antes de alegrarse completamente.

Christopher lanzó una media sonrisa -No creo que a él le preocupe que... hagamos su trabajo. Es más estoy seguro de que estaría agradecido-.

Se acercó al auto y entró la cabeza por la ventanilla que estaba abierta.

-¿Lo dices en serio?-.

-Si...-.

Dulce saltó de felicidad sin pensarlo. Lo que hizo que se pegara con el auto -¡Au!- se quejó.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now