Capítulo 30: De traje y corbatín

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Dulce se puso el collar de oro blanco y se miró en su espejo.

¡Ese vestido había sido la mejor elección de la semana! Y es que el día de ayer había aprovechado para ir de compras con Irina y... Raúl. Desde que había vuelto a caminar se había puesto demasiado intenso con ella ¡En todo momento! Era algo que no le molestaba, antes. Pero ahora no podía dejar de pensar en Christopher y... ¡Este Raúl le sacaba hasta granos de la histeria!

Todo había empezado el día siguiente al cierre de la universidad. Como había supuesto el empapelado había desaparecido de la sala magna, como si nada hubiera pasado. Nadie más hablo del tema y fue como si hubieran borrado un pedazo de día. Sus amigos le hicieron el interrogatorio de la vida acerca de Christopher.

-¿No qué era tu profesor de arte?- preguntó Irina confusa.

-Si- suspiró.

-Pero es el mismo que nos atendió esa noche que fuimos al Rex- comentó Raúl recordando, incómodo, como lo había abordado Chris.

-También-.

-¿Es profesor de arte y bartender?- preguntó Natalia tratando de entender de que hablaban.

¿Por qué había mentido? ¡Se había complicado todo! 

-Ya saben que ser artista en estos días es algo complicado- se excusó.

Todos sus amigos se quedaron en silencio unos segundos.

-¿Y por qué vino a buscarte ese día?- preguntó Raúl de manera posesiva.

-¡Ya! Es mi rollo ¿No?- dijo alterada.

-Es que no me da buena espina- comentó el celoso.

Buena espina... buena espina. A su ex novio no le daba buena espina.

-No lo conoces- sentenció parándose de la mesa enojada.

Y sus amigos no volvieron a preguntar por el tema porque nunca más vieron a Christopher por ahí.

-Te ves hermosa- comentó Raúl parándose tras suyo frente el espejo y poniéndole una mano en la cintura.

Dulce sintió ganas de sacarle la mano y pegarle ¿Cómo le había gustado eso? Esa manera con tan poco tacto de acercarse a la gente ¿Dónde estaba la persona que la molestaba a cada rato y la sacaba de sus casillas? Pero que besaba con ternura y la protegía aunque la regañara de pormedio ¡Maldita sea! ¿Por qué no era como Christopher? ¡Oh Dios! Sonaba masoquista ¿Realmente había pensado eso?

-¡Me encanta!- chilló Irina.

-Gracias- dijo Dulce alejándose de Raúl con la excusa de que quería verse mejor.

-¿No puedo acompañarte?- preguntó Raúl por enésima vez.

-No -sonrió tratando de que no se le acabara la paciencia- Ya te dije que son cuatro entradas por persona. No se que tipeja de niña llevara esta vez, su mejor amigo de toda la vida, yo y... otro amigo-.

-¿Y después que harás?-.

-¡No sé! Supongo que ir a celebrar con mi hermano a alguna parte-.

E Irina luego la había regañado en privado por tratar a su amigo de tan mala manera ¿Pero es qué no se daba cuenta de sus segundas intenciones y que ella no quería nada con él?

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now