Capítulo 92: Terapia del Pancracio

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Dulce se miró al espejo antes de salir del baño e hizo una pose rápida. Le había gustado como le había quedado el peinado y el maquillaje.

Tomó su bolso y se miró nuevamente en el espejo que tenía en el tocador.

Vio el papel de autoayuda que le había pegado Natalia en la esquina superior derecha.

Sonríe, hoy será un gran día. Siempre piensa que tú estás brillando mientras otras personas están cayéndose por la escalera.

Sonrió. Siempre le funcionaba.

Estaba bien.

Seguía con el corazón roto pero estaba bien. Sabía que todo estaba mejorando. Sabía que cada día era mejor.

Y lo sentía. Sentía que estaba avanzando.

Lo único malo de todo esto era que había tenido que poner una horrible sábana improvisada en el lugar donde estaban los cuadros hechos por... Pancracio. Si, así le había dicho Natalia que le dijera, para que le diera un poco de humor a todo aquello. Tampoco es que hablara mucho de él... pero si lo hacía bastante dentro de su cabeza.

Pero ya se había acostumbrado.

Pancracio.

Que nombre más horrible.

Pero volviendo al tema de la pared tapada con la horrible sábana de segunda mano ¿Por qué maldita mierda no le podía haber regalado osos o flores en vez de cuadros HECHOS en la pared? ¡No se podían botar ni dejar en una caja que después quedaría olvidada en el clóset! Claramente Pancracio no había pensado en ese momento.

Había deseado mucho en esas semanas haberle dejado escrito Dulce por todas partes posible con plumón permanente.

Pero bueno.... ahora tenía esa horrible sábana.

Y era feliz.

E iba a llegar tarde si seguía en su habitación.

Ahora con todo eso de evitar a Pancracio tomaba el camino más largo para llegar a la universidad y no toparse con la cafetería que tanto había concurrido esos últimos meses.

Se preguntó si su nombre seguiría al titular del pastel de chocolate. Si Chri... Pancracio seguía trabajando ahí quizás podía darse por pagada con su pared...

Por lo menos con todo el estrés del juicio y con las nuevas clases de kick boxing en las que se había inscrito con Natalia la habían hecho volver a su peso de siempre.

Y era feliz.

-Buenos días alegría- dijo entrando a la cocina.

Luciano le sonrió con la boca llena de panqueques.

-¿No desayunas?- preguntó al ver cómo se dirigía al garage.

-No, quedé con Natalia para hacerlo-.

-Esta bien... en la tarde saldré con Dominga así que no estaré en la casa con suerte hasta mañana-.

Dulce rodó los ojos -Cochino-.

-Tú me dijiste que te avisara-.

-Si... porque me quede traumada con la semana pasada-.

El simplemente se encogió de hombros -¿Qué te puedo decir? Me siento orgulloso de poder hacer dos cosas a la vez-.

Dulce bufó y abrió la puerta del garage.

-¡Adiós multifacético!-.

Con su hermano era la misma relación de siempre.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang