Capítulo 50: De tal palo, tal otra astilla

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El silencio reino entre las cuatro personas, esperando la respuesta de una. Pero Dulce estaba lejos de poder hacerlo ¡Sus padres nunca la habían encontrado en una situación tan comprometedora! Y aunque no estaban haciendo nada extraño dentro del baño eso se podía pensar muy fácilmente. Además Christopher no la bajaba de sus brazos y eso hacia muy difícil la conversación.

-El es... el es Chris- dijo con un hilo de voz- y... yo soy Dulce- finalizó estúpidamente.

-Mira que se me había olvidado tu nombre pequeña, gracias por recordármelo- respondió su padre.

-Bájame Chris- susurró.

El hizo lo que se le ordeno y la mantuvo a su lado. Blanca tomo su maleta del suelo y tosió un poco para interrumpir ese incómodo momento.

-Creo que es mejor que te vistas Dulce, te esperamos con... Chris y tú madre abajo-.

Ay maldita sea, maldijo Dulce en su interior.

Christopher sin pudor alguno le apretó una nalga -sin que sus padres se percataran, por supuesto- haciendo que  se pusiera roja. Lo miro de reojo.

El se la apretó de nuevo y Dulce le pegó por lo bajo ¡Estaba haciendo las cosas mucho más incómodas de lo que debían de ser! Christopher lo hizo de nuevo y ella lo fulminó con la mirada ¡Para! le grito con sus ojos.

-Dulce, creo que es mejor que contestes- le susurró.

¡Genial! Christopher la había desconcertado. Dulce miro a su padre que tenía una ceja elevada, esperando su respuesta ¿Podía ser esta situación más vergonzosa? Si, si se le caía la toalla... se la agarro más fuerte por las dudas.

-Si... -tosió para encontrar su voz- bajo en unos minutos-.

Christopher se separó de su lado y se encaminó hacia las escaleras para ser seguido por Fernando.

-Te esperamos pequeña- le guiñó el ojo su madre antes de seguirlo.

-Por la que me lleva- patio el suelo con ganas de hacer un hoyo y enterrarse viva en el.

Su padre... su padre siempre había sido un problema con sus novios (dos). La suerte es que no los veía mucho porque los tuvo después de su salto al estrellato y siempre estaban preocupados de otras cosas, pero las pocas veces que se veían sus novios tenían que aguantar constantemente las bromas pesadas y extrañas con la boca cerrada. No era un secreto que para su papá no eran de su gusto.

Y Christopher... dudaba que esto fuera un buen encuentro, porque sabía que no se quedaría callado. Ay por todos los cielos... ¿Y si su lado anti gente con dinero salía de su interior por algún comentario que dijera Fernando? Sabía que sus padres no eran ostentosos y tampoco de raíces con dinero pero también sabía cómo era Chris y su lado agresivo frente a las cosas.

Ay no... mientras más pasaba el tiempo, más feas pasaban las cosas en su cabeza.

Se fue a su pieza con las piernas temblando y trato de vestirse rápido. Solo se puso un vestido para que la pomada no se le saliera... se veía que no era nada grave, pero tendría que cuidárselo.

Las manos le temblaban y tenía la bilis en la garganta.

Minutos después bajo las escaleras sin querer realmente hacerlo. No se imaginaba cuál sería la escena que se encontraría pero dudaba que fuera buena ¿Y si evitaba todo el show que su padre seguramente le montaría hablando de otro tema? Se le había olvidado, con todo el encuentro extraño que habían tenido, que estaba enojada con ellos por faltar a la exposición de su hermano y aparecer mucho tiempo después de lo que se suponía... los habían dejado prácticamente botados con una o hasta dos llamadas a la semana como máximo, eran mayores y estaban acostumbrados a que se fueran de viaje con regularidad, pero esta ocasión había sido demasiado.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu