Capítulo 76: Cae la moneda y cae Roma

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-Quiero ver a Christopher-.

Dulce había tratado de hacerse como esos sospechosos desinteresados de la televisión para que la dejaran hacer lo que se le pegara la gana, pero eso le había durado ¿Unos qué? ¿Tres segundos? Luego se había puesto a llorar como magdalena ¡Y es que todos los policías tenían pistolas enfundadas!

-Ya le dije que tiene que esperar- repitió la policía.

Desde que había entrado a esa sala de interrogación había repetido esa oración unas ¿Qué? ¿Veinte veces?

-¿Pero cuanto? ¡Caray! Me estoy migmetizando con las paredes, toda la vitamina D de mi cuerpo está yéndose, mi bronceado está muriendo... -sollozó tirándose sobre la mesa gris- ¡Quiero ver a Christopher!-.

-¡Que tiene que esperar señorita Espinosa!-golpeó la mesa desesperada haciendo que la chica se levantara de un susto.

-Tiene que tener paciencia, ya la llevarán a la estación de policía y ahí se harán los procedimientos correspondientes a la investigación que estén llevando a cabo-.

Dulce rezongo y se pasó la mano por los ojos hinchados.

-Christopher es una buena persona ¿Qué ha hecho de malo?-.

-En el informe de arresto decía por destrucción de estructura pública- le explicó. En cierto sentido, aunque esta chica la tenía con los pelos de punta, sentía lástima por ella.

-¡Christopher no ha destruido nada! Hay gente suelta, asesinos a sueldo, narcotraficantes, violadores, pedófilos... ¡Por dios! ¿Y ustedes se preocupan de esto?-.

-Todas esas personas también violan las leyes-.

-¡Pero Christopher no es mala persona! Por favor... déjeme verlo, le prometo que no le dire a nadie que nos dejo juntarnos un ratito, solo necesito saber si está bien, por favor, por favor-.

La oficial miró al cielo.

-Mire señorita Espinosa, lo único que puedo hacer por usted es decirle en cuánto tiempo más vendrán por usted... y quizás, ahí podamos hacer algo- meditó antes de salir por la puerta para dejarla sola. Con su tristeza, frustración y sobre todo miedo.

Miedo por el futuro de Christopher.





-¿Dónde está Dulce?- preguntó Christopher al ver cómo un hombre entraba al pequeño cuarto.

Ya había pasado más de dos horas desde que los habían separado y puesto en esas habitaciones sin ventanas. No tenía ni idea de cómo habían dado con el, pero eso en esos momentos era el mínimo de sus preocupaciones. Tenía que saber si Dulce estaba bien, pues la última mirada que le pudo dar fue cuando estuvo pataleando inútilmente para ir hacia él estaba llena de lágrimas. Su pecho se apretó al recordar la escena, todo para él fue en cámara lenta; la separación de Dulce, la gente reaccionando ante el hecho, cuando le pusieron las esposas... pero no sólo era Dulce quien le preocupaba, sino que también Octavia, tenia miedo de que la hubieran conectado de algún modo con él. Podían ser desde las noticias dadas por ella hasta el video que hizo para mostrar la obra.

También Lúa ¡Demonios! ¿Y si se enteraban que ella había boicoteado las cámaras? ¿O qué había encontrado el informe secreto acerca del caso? ¡La podían meter presa hasta por su trabajo ilegal!

Oscar, Pancho... hasta Michi y su inteligente gato.

¿En qué momento se le había ocurrido meter a todos en la basura? Todos ellos podían estar en problemas.

Y su Dulce...

-Ya le dije señor Uckermann; una patrulla vendrá a buscarlo y lo llevará a la estación de policía correspondiente-.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Where stories live. Discover now