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Tal como Hyukjae lo supuso, JangHyun se olvidó de las precauciones al beber tanto.


Inicialmente llegó con la actitud reservada de quien medita sus futuras acciones para saber si vale la pena ser descarado o es preferible recurrir a las manifestaciones mustias de quien atraviesa un dolor de cabeza a mitad de la fiesta.


Luego, al ver que otra vez debía tomar protagonismo para ambientar los hechos frente a tanta timidez y reserva en el resto, decidía entregarse a los excesos trepando a la barra, la mesa o todo sitio donde su estabilidad y lo descabellado de sus ideas quedara expuesto a quienes de inmediato se veían hipnotizados por esa aura que se desprendía del chico.


Erótica. Sexual. Hormonal. Siempre inalcanzable.


Resultaba muy complicado saber si aquel atraía a más hombres que mujeres.


Casi siempre era lo primero. Aunque, de todas formas, no importaba mucho.


Lo cierto es que el de cabellos oscuros bien podía empotrarse a cuatro patas para ser embestido desde atrás en la actitud más dócil posible o cambiar los papeles para volverse el ser más dominante con la habilidad suficiente para volver loco a todo aquel que llegara hasta su cama.


En ese sentido, Hyukjae se sentía de verdad afortunado.


Sólo él podría verle en el estado en el que ahora se encontraba.


Tirado sobre la cama, con una cerveza derramada entre sus ropas, ligeramente sudoroso y con los cabellos alborotados. En fin, con el estilo ya derrumbado y la dignidad casi arrastrándole por los pies.


Tampoco era como que se tratara de un mal aspecto. A decir verdad, aún entre el desastre JangHyun conservaba la belleza que más de uno envidiaba.


Simplemente era una manera distinta de ver a quien presumía de ser una de las personas más atractivas y pulcras de la universidad.


Retirándole los zapatos para acomodarlos al pie de la cama, Hyuk sonrió debido a las quejas entrecortadas de su travieso amigo que se aferraba a regresar a la celebración sabiendo que ya no podía ni mantenerse en pie.


Silenciosamente le cambió de ropa y se alivió tras notar que el otro se mostraba receptivo al ser tan delicadamente cuidado por quien evitaba tocar más allá.


Aún si el tiempo que llevaban de conocerse y la confianza que entre ellos se desarrolló con rapidez fuera demasiada el de cabellos azulados nunca buscaba aprovecharse de situaciones como esas que se repetían constantemente también en casa.


¿Cuántas veces JangHyun se le quiso abalanzar luego de sus noches de alcohol para quitarse las ganas?


¿Cuántas veces Hyukjae lo rechazó con amabilidad y lo sostuvo entre sus brazos con expresiones risueñas para hacerle volver a los sentidos entre vasos de agua, paños húmedos y, en ocasiones, comidas picantes?

Adagio [EunHae]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें