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—Entonces prefieres que sea algo más privado —Yeji continuó anotando y siguiendo, un tanto a ciegas, al tipo de cabello oscuro que con mucha premura colocaba los panfletos en la zona autorizada para los anuncios escolares.


Desde asesorías para determinadas materias, hasta los informes sobre futuros eventos deportivos, festivales, coloquios culturales, obras de teatro, entre otras actividades que podían ayudar a la comunidad a integrarse mejor en el ambiente universitario.


—Es mejor así. No quiero gente que se aproveche de la situación sólo para beber. Además, se supone que estarán bajo nuestra responsabilidad. Si vuelve a ser tan caótico como la vez anterior nos meteremos en problemas —Hyuk nuevamente tiró de la cinta adhesiva para alinear el anuncio en sus manos. Algo más colorido que el asunto de las asesorías en línea o las presenciales.


—Ultimaré los detalles sobre la invitación. Creo que sólo me faltan seis personas por confirmar. Te veo después —Hyukjae asintió sin mirarla. Yeji le dio una palmada pequeña en el hombro antes de retirarse y sabiendo que, en momentos así, era mejor darle distancia a quien maquinaba con tiento la planificación de los hechos.


El problema de tener un cargo tan importante en cuestiones de representación estudiantil es que no siempre se trata de obtener privilegios por el simple hecho de conversar entre sonrisas ya sea con alumnos o profesores. O de tener permisos especiales cuando se requiera.


Es también una carga excesiva de trabajo en la que, indudablemente, habrá una parte de los involucrados que esté satisfecha y otra que se oponga por completo a las sugerencias de la autoridad universitaria. Había que saber lidiar con ambos extremos.


Como cada año, Lee junto con el resto de sus compañeros encargados debían cooperar con las actividades de integración para los estudiantes de intercambio. Ello conllevaba desde visitas a distintas zonas de la ciudad, paseos culturales, comidas sabatinas de convivencia, así como, tal era el caso de ese momento, reuniones más libres para que todas y todos pudiesen adentrarse a la vida nocturna de un estudiante promedio que (muy rara vez) se permitía un desahogo de energías en karaokes, clubs o pubs según los distintos gustos.


Plantearlo de esa manera sonaba demasiado perfecto para cualquiera. No obstante, es un hecho que la parte más tediosa va de la mano con la organización. Justamente en ese rubro destacaba la participación de personas como Lee Hyukjae.


Aún experimentaba el crudo sabor de la fiesta del periodo pasado donde, por haber reunido a gente ajena a los fines establecidos, hubo un descontrol de inconsciencia y exceso que terminó con quejas en el sitio escogido para la celebración.


No podían darse esa clase de lujos. Menos quienes estaban a un paso de terminar los estudios. Ahora la situación sería más tranquila. Claro, con alcohol y todo lo que ameritaba una salida nocturna al estilo coreano. Pero no con el riesgo de cruzar límites que pusieran en riesgo su vida escolar.


Además de que, ahora, la bienvenida estaba pensada en un sitio ajeno a las instalaciones de la universidad donde nadie más pudiera colarse. Algo exclusivo convenía para asegurar precauciones antes de que cometieran el mismo error del año pasado.


Eso resolvía el aspecto de los límites. Pero destapaba otras preocupaciones. Se necesitaba hacer citas, llamadas, peticiones, pagos extra... De sólo pensarlo la cabeza de Hyukjae punzaba con estridencia al grado de llevarle a fruncir el ceño casi sin darse cuenta dado su alto grado de concentración en la agenda mental que desglosaba con avidez.

Adagio [EunHae]Where stories live. Discover now