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Visitar el lugar donde anteriormente residía Lee DongHae era proporcional a ingresar a un mundo que Hyuk ya casi no recordaba.


Y no precisamente por la falta de interés o gusto al adentrarse en los sucesos de la infancia. Aquello fácilmente se atribuía a la pérdida de ambientes que le impulsaran el reingreso a momentos exactos en lo que, tómese como ejemplo, solía jugar gonggi con sus amigos de la escuela o también hwatu tendido sobre el suelo gritoneando y burlándose cada vez que papá perdía contra mamá.


No imaginó que fuera a disfrutar tanto esa vuelta al pasado.


Resultó que DongHae, al igual que él, era bastante bueno en lo que se refiere a juegos tradicionales. Con ello se desataron inesperadas riñas donde el universitario alegaba descaradamente que el otro hizo trampa (así de mal perdedor era).


El músico, obviamente, no quiso desperdiciar la oportunidad de mofarse. Aunado a esto se incluyeron una serie de apuestas en las que aprovecharon para organizar los días que estarían de vacaciones. Durante la primera ronda Hyukjae quedó a cargo de lavar los trastes que se usaran después de cada comida y DongHae fue posicionado como el chef durante la estancia.


Claro que no se presentaron reclamos de por medio. Porque, a pesar de los lloriqueos que se desataron en medio de los juegos, ambos estaban conformes con lo que les correspondía.


Lo último que se lanzó a la suerte fue la presentación que Hae daría en el hotel donde Hyuk supuestamente se hospedaba con sus compañeros.


En caso de que el primero ganara se resignarían a asistir cortando momentáneamente su descanso en la gran casa del músico. DongHae cumpliría con su último compromiso en esa orquesta y ya después regresarían a casa para continuar sus vacaciones.


El segundo, por otro lado, pidió que, en caso de salir victorioso, no saldrían de ahí sino hasta que se concluyera el plazo que pretendían pasar descansando. Es decir, DongHae se perdería la presentación musical y, mejor aún, no tendría que volver a estar cerca del sujeto al que Hyuk recordaba con desprecios y mucho enojo.


Para suerte de ambos, Hyukjae ganó esa ronda. Se resignaron rápidamente a que no regresarían al aquel hotel sino hasta que fuera momento de irse de Jeju.


Establecida la decisión el universitario avisó a Jannie por medio de un mensaje sobre su ausencia pidiendo que lo disculpara con el resto, pero que tuvo que retirarse antes de lo previsto.


Igualmente le suplicó que se llevara sus pertenencias de vuelta en el avión sin darle mayores explicaciones porque seguramente Ong tampoco las necesitaba.


Era demasiado listo para entender cuál fue ese 'inconveniente' que distrajo al muchacho de sus obligaciones principales.


Un escape nada más.


Algo que ocurría extrañamente en la vida de un Hyuk que se descarrilaba momentáneamente para liberarse de tanto estrés.

Adagio [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora