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Con un par de empujes bastó para que el timbre resonara claramente por dentro y fuera de aquella casa. Esperó a ser atendido mientras retrocedía un par de pasos con toda la intención de observar la fachada del lugar.



Muchas similitudes cabían con respecto al hogar de sus padres. Aunque no era para menos. Las casas de la zona se caracterizaban por seguir un mismo modelo. Por lo que seguramente las verdaderas diferencias se notarían al ingresar.



Llevó su atención hacia la caja con la tarta de piña que su madre casi le obligó a obsequiar a la vecina. En cuanto se enteró de que su hijo estaba formando lazos amistosos con la gente nueva de la zona no dudó en aprovechar la ocasión para dar su ofrenda de bienvenida.



La ocasión no pudo resultar más adecuada.



Hyukjae apretó una correa de su discreto equipaje para portar el material de la asesoría. Y escuchó casi a la perfección el andar de unas zapatillas de quien seguramente le abriría la puerta. Ésta se movió cautelosamente. La silueta de una mujer algo mayor que portaba un uniforme hizo que el estudiante se inclinara para mostrar sus respetos.



Fue revisado con mucho tiento por los ojos curiosos de ese alguien que seguro trabajaba para la casa.



—La señorita lo está esperando —dijo ella sin necesidad de ahondar en algún tipo de presentación. Era de conocimiento abierto que la posible dueña del lugar recibiría la visita de un universitario asiático que estaba próximo a orientarla en sus clases—. Sígame, por favor —pidió invitándolo a ingresar.



Los ojos de Hyukjae, a pesar de intentar discreción en su llegada, no pudieron controlar las ganas de recorrer el interior de una decoración bastante moderna y que a leguas parecía nueva. Recordó que Emma mencionó su mudanza sería para estancia prolongada por lo que era evidente que tendría que acoplarse lo más pronto posible en el sitio donde quizá pasaría los próximos años de vida. Aunque algo peculiar que notó en el ambiente fue la sensación de encontrarse entre personas adineradas y con cierta posición social.



La mujer lo condujo a una habitación cercana a las escaleras. Empujó la puerta queriendo permitir la entrada del pelinegro. Era un lugar de estudio. Por dentro varios estantes de libros adornaban las orillas de las paredes y en el centro se posaba una mesa pequeña con un florero que acompañaba la mínima decoración de esa recámara.



Daba la impresión de ser una biblioteca diminuta con ciertos aires europeos que destacaban por la estructura en madera y tonos cálidos.



Su atención, además de ser inmediata al ambiente, se instaló en la espalda de una silueta que apartó su vista de la ventana para girar y encontrarse con Hyukjae.

Adagio [EunHae]Where stories live. Discover now