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***Advertencia: si eres sensible con lecturas para adulto te recomiendo que evites este capítulo. Cabe aclarar que esto es mera ficción y entretenimiento. Fácilmente puedes decidir si continuar o no. Pero es bajo tu responsabilidad.***


Aun si frente a él tuviera la situación más horrorosa de todas que le llevara a experimentar ansiedad y conmoción igual que si se tratara de sí mismo viviendo los hechos, conservaba todavía una posición de espectador completamente pasivo y reservado. Es decir, como quien mira la escena trágica de una película.


Sin la capacidad de intervenir en el sufrimiento de los personajes.


O sin poder aconsejar de frente a quien genera el desastre en el filme a partir de una serie de decisiones más estructuradas.


Lee Hyukjae guardaba dentro de sí la capacidad de elegir a gusto para saber cómo sobrellevar lo que captaba con ojos y oídos. Desde el sonido de unos berridos entrecortados que le incomodaba escuchar, hasta la imagen de un hombre que contraía la mitad del cuerpo para casi pegar la frente a las teclas del piano mientras sus lágrimas se deslizaban sobre el frío piso que parecía de porcelana.


Su camino se limitaba a dos variantes. La disyuntiva de la vida que no permite intermedios en determinados momentos.


Es un 'sí' o un 'no'.


En otros términos: sí a entrar y darle una mano. No a inmiscuirse en el asunto para dejar que aquel llorara sus penas como probablemente lo hacía escondidas igual que en esos instantes.


Darse la vuelta o dar un paso.


Hyukjae sintió la encrucijada tan profundamente que de la nada un peso abarcó su pecho haciéndole percibir cierto nerviosismo en lo que sea que estuviere por escoger. Porque si bien no gustaba de intervenir en la vida de otras personas que no fueran sus allegados el hecho de ignorar y actuar como un insensible no era para nada su estilo.


No obstante, ¿qué hacer? ¿Qué decirle? ¿Cómo consolarle sin escucharse como verdadero idiota?


Las palabras 'estará todo bien' no ayudaban en nada por muchas buenas intenciones que llevaran detrás. Y mucho menos el llegar a decir 'no llores; ya pasará'. Porque no, nunca pasa.


Como sea, no podía quedarse ahí de pie sólo fisgoneando. Lo que sea que tuviera en mente debía llevarlo a cabo ya antes de ser descubierto.


Sus pies parecieron moverse de manera casi robótica. Hurgó entre los bolsillos de su pantalón y sustrajo un paquete cuadriculado y pequeño de pañuelos.


Estando con JangHyun debía mantenerse prevenido en muchos sentidos. Más aún porque aquel detestaba con la vida ensuciarse la ropa al ingerir algún alimento. Lee Hyukjae la mayoría del tiempo era su salvación para conservar una digna apariencia.


Ya estaba decidido. Le entregaría un pañuelo y se retiraría sin siquiera mirarlo a los ojos para evitar la incomodidad de un llanto que no tenía idea de cómo apaciguar.

Adagio [EunHae]Where stories live. Discover now