23.

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Entre sus dedos movía la cadena que a veces soltaba uno que otro destello gracias a la iluminación. Pensaba seriamente si era ya momento de modificar la situación de su vida sexual a partir de los acontecimiento más recientes. Es decir, devolviendo algo que no le pertenecía y que tal vez conservaba por puro capricho.


Tener una parte de él.


Apropiarse de aquello sabiendo que era lo único a lo que podría llamar 'suyo' a comparación de un ser que con el pasa de los días le parecía más incomprensible.


JangHyun dejó de buscarlo por la quinta llamada. Hyuk decidió resolver su estrés con un mensaje donde dejaba en claro que se encontraba indispuesto para salir. No pensó en los detalles. Por ejemplo, que fuera a encontrarse con su amigo en el lugar donde se encontraba. Que lo interceptara para llenarlo de preguntas y que el pelinegro deseara evadirlas todas por el simple cansancio acumulado de decir una palabra.


Dos días después del incidente.


Al inicio lo supo manejar con tranquilidad. Se hizo a la idea de que era mejor estar de esa forma. Y no fue hasta que las noches cayeron que notó una extraña sensación por su cuerpo como si algo le hiciera falta.


Ansioso. Sin conciliar el sueño.


Por suerte no se topó con él por los pasillos. Por momentos sentía que los dedos le cosquilleaban como deseando acercarse al filo de esa habitación para colocar la contraseña e ingresar de una vez por todas.


¿Pero qué derecho tendría él de hacer algo tan monumentalmente estúpido?


Ese constituía el mayor problema de todos. Porque a pesar de saber su sitio seguía resultando incómodo. No quería reconocer alguna suerte de dolor en su pecho porque, a decir verdad, ni él entendía el origen de sus malestares.


¿Qué ardió más? ¿Ser desechado por DongHae como un juguete inservible del que se cansó demasiado rápido? ¿Ser relegado al sitio de 'objeto' que no debe ni puede opinar en su vida? ¿Haber visto al rubio siendo atormentado por ese asqueroso hombre de edad avanzada? ¿O deducir, a partir de las reacciones del músico, que esos encuentros eran consensuados y que probablemente llevaban más tiempo que unos cuantos escapes en el navío?


Volvió a ponerse la mano al frente para ver la caída del collar.


El dije ovalado se balanceaba de lado a lado. Y él lo seguía con la mirada mientras, a ciegas, se llevaba el vaso de cerveza a la boca.


Desenfocó la cadena. Su mirada conectó con el calendario postrado en el fondo del mostrador del bar. Una semana antes del término. ¿De verdad el viaje concluiría de esa manera? Si bien no era que le incomodara del todo cortar relación con un DongHae que evidentemente en algún momento lo volvería a hacer a un lado, era molesto pensar que algo de amargura llevaría consigo la conclusión de sus vacaciones.


Previo a entrar en el restaurante consideró la posibilidad de buscar un acompañante para sus futuras noches solitarias. Pero apenas dio una inspección en el lugar se dio cuenta que no tenía ni un mínimo interés corporal en otra persona. Estaba desganado incluso para tener sexo. Agotado. Como si hubiese pasado los últimos días en vela y su cuerpo le pidiera ya algo de tranquilidad.

Adagio [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora