38.

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Su único refugio fue observar la tarjeta del menú con tanta dedicación como si realmente estuviera a gusto con el hecho de disfrutar de una buena comida cuando: en primer lugar, ya había almorzado con Jannie; en segundo, estaba compartiendo mesa con el padre de su mejor amigo.


Más de cuatro veces repitió los titulares de platillos que eran precedidos por la cantidad correspondiente a su costo. En seguida analizaba de reojo al director del museo y volvía a reprocharse el no ser lo suficientemente firme al momento de rechazar la propuesta.


¿Sería sensato pedir nada más un pastelillo? Algo que no le hiciera alargar los minutos en esa nueva forma de tortura.


No veía caso a darle tantas vueltas al asunto. El hombre bien pudiera expresarle sus intereses sin ir más allá en lugar de montar todo un teatro para prolongarlo. Dicen que las personas ambiciosas son las más fanfarronas. Ahora comprobaba dicha hipótesis. Empezando porque, desde que subió al auto, aquel sujeto se dedicó a hacerle preguntas que cualquiera encontraría triviales. Más bien, incómodas. Buscando empatizar de mejor forma sin tomar en cuenta el tipo de conexión que se establecía entre ambos.


Algo de verdad superficial.


Un tanto inoportuno.


"¿Cómo están tus padres? ¿Qué tal la universidad? ¿Te gusta salir los fines de semana? ¿Qué sitios frecuentas?"


Antes de que les tomaran su pedido Hyukjae se decidió a bajar la tarjeta para hacer frente al tenso acontecer. De lo contrario el resto de su día se arruinaría por tanta insolencia.


—¿Me dirá por fin el motivo de esta reunión? —se recargó en el respaldo de la silla. El tono de su voz resultó lo suficiente tranquilo para no demostrar la mucha presión que cargaba sobre sus hombros. De algo tan extraño. Tan nuevo e inesperado que lo dejaba ansioso como si aquello fuera la señal perfecta para salir de una vez por todas de ese sitio.


El señor Ong le miró por encima del borde de su carta. La cerró con un movimiento bastante sutil mientras tomaba aire. Apoyó aquello en la mesa y, usando el borde de sus dedos bien cuidados, empujó unos centímetros el objeto para enfatizar que ahora toda su atención se posaba en el estudiante.


—¿Tan malo es querer compartir un momento con el personal de mi trabajo? —.


—Si me disculpa —Hyuk levantó una ceja—. Dudo bastante que compaginar conmigo fuera del museo sea la verdadera intención —.


Ong sonrió ligeramente por el costado. Levantó una de sus manos para acariciar el borde del vaso con agua previamente traído por quien los atendía. Se dio el lapso necesario para responder. Concentrado en frotar el cristal como si éste pudiera trozarse con cualquier mínimo contacto. Despegó sus ojos de ahí. Los clavó sobre las oscuras pupilas del universitario.


—Deseaba preguntarte un par de cosas —.


Hyukjae se cruzó de brazos mientras asentía. Complacido porque la cuestión no se alargaba con pretextos absurdos. No luego de tanto dramatismo implementado desde el inicio.

Adagio [EunHae]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ