Adagio [EunHae]

3.

Se dejó caer sobre el colchón con piernas y brazos estirados.

Mirando el techo.

Respirando a profundidad más veces de las que debería.

Con un constante y acelerado repiqueteo sobre su pecho que lentamente se iba apaciguando a medida que él exploraba con la mirada entre los rincones oscuros de la habitación.

Rememorando, sobre todo, los rastros de una melodía que no podía ni quería sacarse de la cabeza. Pero, más que eso, el grado de sensibilidad en el intérprete que le hizo removerse completamente.

¿Es eso a lo que llaman 'catarsis'?

Los estudiosos suelen referirse a ella como una redención de las pasiones al contemplar cierto episodio trágico o, tal como ahora, con el contacto de una obra de arte.

Aunque, ¿qué fue lo que más efecto tuvo entre las pasiones de Hyukjae?

¿El instrumento?

¿Una composición musical?

¿El ambiente?

¿O la silueta de un ente con el que se topó de improviso dos veces seguidas el cual le llevó a lagrimear igual que un niño como si el peliazul albergara la capacidad de ser el único entre tanta gente con la habilidad de leerle el inicio de los dolores?

A eso debería considerarse profesionalismo. El hecho de que el rubio le hubiera colocado en una situación funesta que por supuesto no caracterizaba la vida del relajado Hyuk era suficiente para deducir que probablemente aquel trabajo llevaba ya mucho tiempo detrás cargado de esfuerzos, práctica y presentaciones parecidas a la de entonces.

Se dio vuelta sobre el colchón. Sin desvestirse. Sin cubrir su cuerpo. Únicamente perdiendo la mirada en cualquier objeto borroso de su dormitorio. Encogiéndose como un bebé que busca cobijo y no puede por sí mismo proveerse de calor alguno.

Es que no conseguía salir de su asombro silencioso.

Si bien ya la aflicción que lo envolvió momentos atrás se disipaba, todavía dejaba pequeños rastros en su sentir mismos que le cargaron de una inseguridad y unas ganas enormes de huir en cuanto escuchó todo, pero también llevaban consigo la parte adictiva.

Esa que le provocaba apretar los párpados y plantearse de manera indirecta que no quería olvidar el sonido.

El rasgueo de ese violín.

El desliz de esos dedos.

La agitación de ese cuerpo.

Las expresiones de ese rostro.