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Sin embargo, y muy a pesar de las estocadas que continuaba recibiendo sobre el pecho, Hyukjae decidió no retirarse.


No veía fin o término alguno en la humillación de la que era presa. Viendo el panorama lo mejor era darse por vencido y continuar su camino en soledad. Así resultaría menos doloroso.


El asunto es que quería por lo menos una respuesta que le hiciera entender por qué últimamente la vida se empeñaba en ponerlo en la mera posición de un objeto.


Maleable.


Sometido a todo cambio que el resto decidiera sobre él como si su condición de sujeto capaz de tomar decisiones no existiera. Hyuk experimentaba el abatimiento apoderándose de su cuerpo. Con piernas y brazos temblándole de una forma que no parecía tener control alguno. Percibía la sensación de desmayo demasiado cerca. Pero no se iría.


—Te amo, Hae —.


Escuchó desde su escondite. Camuflado a un costado de la puerta y recubierto por un muro de cajas y otros artefactos que le permitían pasar desapercibido.


De haberse tratado de un cristal habría escuchado con exactitud el momento exacto de la rotura en su interior. Apretaba las manos. Aguantaba emitir sonido alguno. De hecho, a comparación de la tensión que se resguardaba por su corporeidad, la expresión en su rostro era vacía.


Recargado en la pared que lo separaba de la pareja extranjera únicamente se le veían las lágrimas descendiendo por su rostro magullado por la golpiza recibida anteriormente. Tan rojos estaban sus ojos como lentamente se volvían las orillas de sus mejillas.


Reparando el panorama general de la situación: todo era una mierda.


A su cabeza llegaron las palabras dulces de Hae durante la mañana y la noche anterior: "sólo seremos tú y yo". Por ello, no fue tanto el beso lo que lo sacó de su entendimiento. Sino encontrar a ahí. Hablándole con ternura a su esposo. Animándolo luego de haber cumplido uno de sus tantos logros.


Porque así debía ser, ¿no es verdad? Emma era la compañera de Lee DongHae. Y por mucho que Hyuk recurriera a atuendos, adornos y ornamentos, nada iba a cambiar el hecho de que ellos estaban legalmente enlazados.


¿Quién le dijo al tonto estudiante que Hae iba a dejarlo todo por él?


¿Quién le aseguró que gozaría de cierto lugar en el corazón de una persona moral, física y emocionalmente comprometida?


Dolía. Pero Hyukjae pensaba que, si su intención era cortar de tajo la relación, entonces necesitaba hacerlo desde la raíz. Poniéndose frente a sí mismo las verdaderas intenciones de un tipo tan desalmado y descarado como el rubio para dejar de justificarlo en medio de sus idealizaciones vanas y ambivalentes.


Un par de risas burlonas cobraron protagonismo en el ambiente. Esto puso alerta al pelinegro. No se movió, pero trató de grabar cada palabra que saliera de la boca de ese par mientras sus ojos se cerraban.

Adagio [EunHae]Where stories live. Discover now