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Casi llegada la media noche Hyukjae fue arrastrado por sus padres hacia la habitación. En el camino, y a pesar de cuan adormilado seguía sintiéndose por toda la carga de deberes acumulados en la semana, alegó sobre su preocupación al no avisar a Jannie que pasaría la noche en otro lugar.

Su padre lo tranquilizó mientras lo auxiliaba para trepar las escaleras. Entre risas improvisadas y uno que otro apretón en el hombro lo acompañó a su sitio para ayudarlo a lanzarse a la cama y continuar un sueño que se alargó hasta la hora de la cena.

Hubo fiesta de pollo frito con cerveza y una larga conversación en la que el pelinegro tenía el mando de la palabra. Conversando con diligencia para poner al día a su familia sobre las últimas modificaciones de su agenda.

Entre ello, contó lo fascinada que Emma estuvo por los pastelillos preparados por sus padres. Éstos, a su vez, mostraron su satisfacción de saber que un paladar nuevo emitía buenas críticas acerca de su trabajo.

Volvió a su guarida entrada la madrugada. Luego de explotar al máximo una discusión que se prolongó en la sala con una taza de té y galletas hechas por mamá.

Dado que el sueño se le esfumó de momento deambuló buen rato por su recámara. Limpiando lo que pudiese para evitar la acumulación de polvo y reordenando sus pertenencias en el escritorio.

Antes de ir ducharse se acercó a la ventana que, abierta por completo y acompañada por un diván, le permitía mirar al exterior cómodamente mientras se fumaba un cigarrillo entre grandes succiones. Parte de su cabeza estaba recargada en el marco de los cristales. Con las piernas encogidas en ese peculiar sillón y su brazo extendido sujetando el pitillo que dibujaba líneas curvadas de humo. No llevaba mas que los pantalones de dormir encima.

Últimamente el calor arrasaba con tanta fuerza que se tentaba a dormir sin una sola prenda en su cuerpo de no ser por la posible sensación de bochorno en caso de sudar por las noches.

Los ojos de Hyukjae estaban fijos en las farolas que alumbraban las calles. A veces más allá de éstas. Elevaba la mano para volver a fumar y en un recipiente de cristal arrojaba los restos de ceniza que en una que otra ocasión le escurrían hacia el exterior.

Su pensamiento estaba casi vacío.

Tal parece que la somnolencia de su anterior siesta se prolongó para dejarlo vencido con todas las ideas succionadas. O puede que, por lo mucho que puso a trabajar su cabeza últimamente, se negara a sí mismo a continuar con esa maquinación frenética de pendientes que debía resolver pronto.

En medio de la nada consiguió escuchar varias voces esparciéndose por la calle tan tranquila en la que vivía su familia. Por reacción natural desvió los ojos para conectarlos con la construcción al frente donde, horas atrás, dio una tutoría a la respectiva dueña.

Vio una figura robusta que salía de ese lugar. Era escoltada por una silueta femenina que de inmediato consiguió identificar como la peliroja.

En la personalidad de Hyuk no resaltaba el ser alguien con ánimos de fisgonear y entrometerse con asuntos ajenos. Sin embargo, no hizo esfuerzo alguno en dejar de mirar la escena frente a sus ojos. Quizá por sus pocas ganas de levantarse para entrar a la ducha. Simplemente se resignó a ser un entrometido.

Aunque no era la primera vez en ocasiones poco prudentes. Posiblemente Hyuk no recordara eso.

Era complicado verles el rostro por la lejanía y por los oscuros de la noche. Eso no impidió apreciar la familiaridad con la que se trataban esas personas. La figura de quien supuso era un hombre abrazó con diligencia a la estudiante.

Adagio [EunHae]Where stories live. Discover now