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A pesar de los amargos, la despedida tuvo algo de gentileza por parte de ambos. Casi a punto de ver la luz del amanecer salieron de la cama para decir 'adiós' a los pies de la puerta.


DongHae arrojaba una actitud peculiarmente acaramelada que dejó suspirando en muchas ocasiones al universitario que se sentía casi caminando por nubes de colores.


Se demoraron de más en la partida puesto que el rubio disfrutó de acariciar las mejillas de Hyukjae con los ojos cerrados y sus frentes adheridas a la misma altura. Si acaso con el estudiante inclinándose unos centímetros por la fina diferencia de estaturas. Murmurándose palabras de aliento para iniciar el día sin la compañía del otro.


"Conduce con cuidado".


"Suerte en tus clases".


Vaya forma de sustituir a los: "te voy a extrañar"; o a los: "me harás falta".


Hyukjae estuvo caminando por buen rato sobre una de las avenidas que lo dirigían a su rumbo. Arrastrando los pies en medio de una desorientación mental que por el momento no le dejaba ver la parte trágica de los hechos. Quería sentirse mal por la forma en la que se estaba comportando. Pero, al menos en su cabeza, no había necesidad de que se mantuviera aparentando. Le gustó estar con Lee DongHae. Le gustó verlo, tocarlo, sentirlo. Le gustó tenerlo únicamente para él durante gran parte de la noche en la que nadie más formó parte su ritual catártico.


Aún al llegar al apartamento le costó adoptar una postura indiferente para parecer menos absurdo. Notó lo mucho que le afectó la presencia del músico al encontrarse sonriendo de lado en una mueca débil mientras observaba el pestillo de la puerta tras haber ingresado a su hogar.


Lo apretó lentamente. Sus nudillos se volvieron blancos por la presión. Sus párpados se fueron cerrando mientras un aspirar profundo y meticuloso le despejó el pecho de toda intriga. Hyukjae se sentía dichoso. No sabía por qué exactamente. Eran variados aspectos los que provocaban tal efecto. La sonrisa melancólica de Hae. Sus caricias temerosas a pesar de no ser nuevas. Los besos más dulces que la misma miel. Las miradas a través de las que consiguieron entenderse al mismo tiempo.


Sí, fue triste. Inevitablemente penoso por la naturaleza de su intimación. Pero bello. Tan sublime que no conseguía procesarlo de golpe.


Alguien se aclaró la garganta.


Hyuk se desprendió de las fantasías. Miró por detrás encontrándose con JangHyun en la mesa con el desayuno servido para dos personas. Él estaba totalmente impecable. Vestía con un crop top beige y pantalones blancos que le cubrían por debajo del obligo. Su boina blanca se inclinaba por la izquierda sujetándole los cabellos ladeados que le proporcionaban un semblante encantador y coqueto.


A pesar de la colocación endeble del escenario Hyuk experimentó una ansiedad ajena.


Atravesó perezosamente la sala. Arrojó su móvil sobre la mesa del comedor. Jannie terminó de servir el jugo de naranja para enfocarlo. Le mostró una sonrisa amplia y contagiosa a su amigo. No obstante, la tensión estaba presente. O por lo menos Hyukjae no se sentía del todo en confianza. Distinguió esos modos propios de una molestia en el castaño.

Adagio [EunHae]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt