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Por sus fosas nasales expulsó los restos de humo que a veces le provocaban un tenue ardor en la garganta. Más aún al aventurarse a succionar de más el pitillo que en la punta se volvía incandescente.


Rojo.


Intenso.


Tan intenso como la velocidad a la que viajaban las imágenes mentales con las que estuvo luchando desde que encontró el rincón para fumadores dentro del restaurante.


Recargó la mitad de su cuerpo en uno de los barandales que le dejaban vista al piso de abajo. El navío era tan grande que estaba seguro todavía no conocía ni la mitad de tan admirable construcción.


Aspiró una última vez. Luego lanzó el cigarrillo al bote correspondiente justo a un costado de donde se encontraba.


Despacio, dejó que la línea grisácea de tabaco abandonara sus labios mientras intentaba ver a lo lejos el horizonte de un océano tan solitario y abrumador como ese.


Posteriormente miró arriba. Ni los cientos de millones de luces artificiales del crucero alcanzaban a opacar la luz de luna. Esa sería una de las cosas que estaba seguro más iba a extrañar al volver a casa.


En la ciudad no recordaba una perspectiva tan brillante de dicho astro. De hecho, no lo recordaba tan enorme. Ni tan blanco. Era maravilloso de apreciar.


Para suerte suya ya no escuchaba el violín de antes. Eran otros instrumentos acompañados que al menos le hicieron relajarse en su esporádica exploración al exterior para darse un respiro.


No tenía tantas ganas de entrar.

El escalofrío en su cuerpo seguía latente. Sin embargo, tampoco deseaba desperdiciar esa noche que debía estar destinada única y exclusivamente a JangHyun. Era un alivio que no hubiesen pasado mas que unos cuantos minutos. O de lo contrario ya lo tendría al lado reclamándole hasta el cansancio.


—¿Vas a seguir jugando? —.


—Vine a dar una presentación. No a jugar —Hyukjae se enderezó sobre su lugar sin querer mirar detrás. Intentó dirigir la vista sobre el hombro. Por suerte, la mitad de su cuerpo era cubierto por una de las columnas que sostenían el otro piso.


Identificaba perfectamente ambos tonos de voz. Tan al pie de la letra que a él mismo le sorprendía la rapidez con la que pudo visualizar en su mente a los respectivos dueños.


Seguramente les era irrelevante el saberse acompañados.


¿Qué dirían si notaran que él estaba ahí?


Aunque, ¿sería relevante? ¿Por qué guardarían silencio?


Eso era darse demasiada importancia. Aun así Hyukjae, cuidadosamente, se acomodó de forma que su cuerpo quedara totalmente cubierto por la columna que bloqueaba la vista.

Adagio [EunHae]Where stories live. Discover now