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Sin embargo, las circunstancias no pudieron ser evitadas.


Cuando Ong JangHyun se enteró de la comida fue el primero en mostrar su tremenda felicidad por formar parte sin haber sido invitado siquiera. Y tampoco era que requiriera de un permiso especial para ello. Desde un inicio la invitación, al menos por parte de la familia Lee, tuvo plena consciencia de que se trataría de una visita programada para cuatro personas.


Toda ocasión era perfecta para vestir bonito. Ese resultaba el principal motivo por el que Jannie denotaba un entusiasmo peculiar en el que estaba implícito el uso de un atuendo veraniego que remarcara la frescura de su gusto.


Dado el cambio de dirección en los planes de Hyukjae, éste no hizo intento alguno de oponerse por lo menos una o dos veces. Aquella negativa le generaría seguros problemas. Además, su amigo parecía entusiasmado. Si Jannie encontraba gusto por aquello entonces Hyuk no sería quien le quitara esa excitación.


Rumbo a la casa de los vecinos el castaño volvió a confiarle sus sinceros agradecimientos por el caleidoscopio. Encontró un gusto curioso por mirar a través de dicho artefacto durante las noches. Ong decía que con una linterna pequeña apuntando al otro extremo del alargado tubo la experiencia era mucho más sublime.


Las imágenes especulares y movibles se iluminaban. Y casi parecía que se podía viajar al interior del prisma para apreciar más claramente la variación de colores y perspectivas.


El uso de esa última palabra dejó a Hyukjae divagando incluso cuando estuvieron frente a la puerta de tal casa para esperar a ser recibidos.


DongHae, días atrás, también habló de perspectivas. Más bien, de panoramas. ¿En qué posición quedaba el rubio al hacer alusión de aquello? ¿O desde qué posición esperaba a ser comprendido por el universitario? ¿Desde la compasión? ¿Desde la tolerancia? ¿Desde el perdón?


Lee DongHae no tenía perdón alguno.


Así buscara colocar a Hyukjae en una posición u otra para salir disculpado de sus errores, eso jamás provocaría que realmente fuera considerado alguien 'inocente'. Aquel día de comidas y reuniones no tan agradables el pelinegro entendió que el único culpable en todo ese cuento era el rubio.


No hay más vuelta.


Él jamás estableció límites (por lo menos corporales) porque nunca le importó hacer daño a dos personas que, aun si a Hyukjae le costara mirarlas, era un hecho que no tenían responsabilidad de nada.


En cuanto a su propia postura era evidente la posición que le correspondía. Casi justo al lado de Emma y de su hijo. Como alguien que nunca supo y nunca pudo comprender que se estaba metiendo en la boca del lobo.


No obstante, si al haber analizado los acontecimientos con calma él quedaba en una postura 'inocente', ¿por qué no podía sentirse del todo tranquilo? De su boca salió: un error es un error. Y ya sea que supiera o no qué clase de persona era DongHae cuando lo conoció eso no eximía que se hubiera colado a los aposentos de un sujeto casado.

Adagio [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora