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Viendo todo desde la punta de los pies hasta los inicios de la cabeza. Donde un par de pupilas acusaba imperiosamente a quienes, durante todo el rato, no tuvieron forma de decir algo que por lo menos relajara la situación.


La mirada de la mujer se paseaba fácilmente por ambos cuerpos. Como si su visita le proporcionara el mando de un apartamento en el que no tenía voz ni voto.


Había infinidad de cosas que rondaban por la mente de los respectivos "afectados". Sin embargo, cabía una suerte de escenario que les impedía hablar con prudencia. Algo tenso. Un tanto reservado. Más bien cauteloso.


Hyukjae no sabía exactamente cuál era su posición en todo ello. A simple vista su aspecto era el de la pareja entrometida de JangHyun que está a punto de pedirle permiso a la madre para que les permita tener una relación. De repente, pensó que su incomodidad no cambiaba mucho ya sea que se tratara del señor Ong o de la madre de su amigo. Y sólo por eso concluyó que sus similitudes eran las que les permitían tanto apego y coincidencia en los objetivos que los dos perseguían. Uno de ellos: hacer que Jannie volviera a casa.


¿Para qué? Esa era la incógnita.


—¿Le ofrezco algo de beber? —Hyuk se tuvo que aclarar la garganta dado que su voz no salió del todo clara entre lo rasposo de su hablar.


—No —musitó firmemente la mujer. Cruzó una de sus piernas. Apoyó las manos en su rodilla—. Te agradecería que nos dejaras solos. Quisiera conversar con mi hijo —dijo sin siquiera mirar al chico que, gentilmente, quería suavizar la situación.


Sentados frente a frente en la respectiva sala no resultó más cómodo que quedarse en el comedor. De hecho, lo empeoró. Fue como tener una mayor vulnerabilidad que esa mujer aprovechó para actuar con destreza y sin rodeos.


Hyukjae asintió una sola vez. Hizo ademán de ponerse en pie, sin embargo, la mano pequeña de Jannie le presionó el muslo.


—No se irá —exclamó con una valentía repentina—. Es nuestro hogar. No tiene por qué marcharse sólo porque lo pides tú —pero la madre no dio expresión alguna a su hijo. Acomodó un mechón de su oscuro cabello tras la oreja. Respiró a profundidad y no discutió sobre el asunto. Su concentración parecía querer definir los comportamientos de su "malcriado" muchacho. Supervisándolo sin vergüenza alguna. Mostrando calma en una cuestión de rutina.


—Vuelve con nosotros —.


Jannie se tensó sobre su lugar.


Adagio [EunHae]Where stories live. Discover now