Adagio [EunHae]

103.

Lo mucho que había por hacer en el proceso de mudanza dio como resultado un aislamiento parcial durante el fin de semana. Era grato pensar que la suerte estaba de su lado últimamente. Pues si bien no resolvía la cantidad exagerada de problemas que tenían apenas cruzaban la puerta al exterior al menos les facilitaba ciertos factores con los cuales se volvía mucho más sencillo sobrellevar sus días. Entre ellos el finalizar el contrato del lugar donde JangHyun y Hyukjae vivieron juntos desde que iniciaron los estudios universitarios sin que hubiera mayores desperfectos salvo la exigencia de que el sitio quedara en buenas condiciones.

Hubo mucho por limpiar, acomodar y desechar tomando en cuenta que el sitio nuevo en el que se asentarían gozaba de proporciones el doble de reducidas que su antiguo apartamento. Días atrás Jannie también extrajo lo que le pertenecía. Además de desearles lo mejor en lo que correspondía a una nueva etapa que les tocaba atravesar juntos. Tuvo un encontronazo de emociones. En lo más fondo de su ser apeló a que en cierto momento las cosas volverían a su sitio y Hyuk lo recibiera de brazos abiertos apenas se reconciliaran. Esto último sí que sucedió, pero no el formar parte del hogar como antes.

Hyuk definió sus prioridades en muy poco tiempo. Jannie aún no entendía cómo fue que accedió tan a prisa para mudarse con DongHae siendo que era poco el tiempo que habían experimentado el estar en un mismo sitio. Para él la relación de esos hombres presumía de aceleración sin limitantes. Eso le preocupaba porque no sabía exactamente qué tipo de resultado surgiría al adelantar todo.

Ellos se notaban seguros y convencidos. El extraño recibimiento de esa etapa sonaba ideal sin dar tiempo a meditar en aspectos tan básicos como que, según Jannie, no se conocían lo suficiente. Y puede que estuviera en lo correcto. Vivir con una persona es muy distinto de ser simplemente la pareja de alguien. No obstante, ese par estaba consciente de que había que trabajar bastante en el proceso de su relación.

¿Cómo no meditarlo teniendo por detrás un tormentón de conflictos sin resolución? De hecho, el adentrarse en estas vicisitudes que para Jannie eran alarmantes salía un poco contraproducente. Peleaban contra situaciones más intensas. Tanto así que estar en el mismo hogar lejos de suponer un reto para ellos era un alivio. ¿Qué debían pensar con calma? Si frente a los dos estaba la espalda de casi todos sus allegados. El esperar y alargar no era cosa de locura. Parecía la salida más sana para la supervivencia.

Si Hyukjae y DongHae se mostraban convencidos de que era lo mejor residir juntos no se trataba de una cuestión enteramente romántica que compete a vivir como un par de tórtolos sin considerar las consecuencias realistas, sino que esa era la única salida para equilibrar el apoyo. Hae atravesaba el peor de los panoramas, por supuesto, pero eso no significaba que Hyukjae no estuviera lidiando con muchos altibajos. Para empezar, sus padres no tenían ganas ni cabeza para verlo. La familia que lo alentó en sus decisiones más difíciles y absurdas ahora se negaba a escucharlo.

Es que ni siquiera era una cuestión en la que Hyuk se aferrara a ser aceptado. Lo que deseaba era hablarles y detalles su situación y que ellos hicieran un juicio basándose en lo que tuviera por manifestarles. DongHae incluso accedió a que Hyuk les narrara a detalle el proceso de la relación (incluyendo el porqué de su infidelidad) con tal de que hubiera un mínimo de comprensión. No tanto para saberse aceptado por los padres de Hyuk, sino por la paz de su novio que se atormentaba porque sus padres no cooperaban para dialogar.

Sin embargo, el rechazo dolía porque era producto de la confianza hacia Emma. Que una familia diera credibilidad a las palabras de una mujer conflictiva por encima de los argumentos de su hijo era una reverenda patada en las bolas.

La desilusión se distinguía en los ojos de Hyukjae. Además, ¿para qué sobre pensarlo? Ambos encontraron la oportunidad de iniciar juntos sabiendo los antecedentes de cada uno sin asustarse por ellos. Abrazando sin pena los errores y los defectos del otro para cobijarse sin juzgar ni reprochar. En el mundo, no había persona que los conociera de la forma más humana y cruel como se conocían entre sí mismos. ¿Eso era lo que Jannie quería que consideraran? ¿Eso era lo que pretendía que meditaran? Mirar hacia atrás ya no parecía del todo prudente.