CAPÍTULO 13: El primer paso (Paso 4)

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Aparecieron de la nada. De alguna manera, anticiparon sus movimientos y los sorprendieron cuando no estaban preparados. Se ampararon en la negrura de esa tormenta para evadir la mirada de sus vigías, se adelantaron a cualquier aviso que pudiera haberles llegado desde el frente y habían ido a atacarlos cuando eran más vulnerables. Estaba en su naturaleza hacerlo.

Bongüi corría bajo la lluvia. Un relámpago los iluminó con un parpadeo fugaz al tiempo que el trueno retumbaba. Estaba completamente empapado, sus pasos salpicaban barro y agua, restándole estabilidad a su zancada, pero el detalle no minaba su velocidad, El valle tenía una leve pendiente hacia el bosquecillo del que seguían saliendo monstruos, dado que apenas había pasado un instante desde que la inesperada ofensiva había comenzado. Las voces que se alzaban de todas partes a la vez componían una cacofonía que el eco de las cercanas montañas volvía directamente incomprensible. Oía gritos, reconocía palabras, rugidos feroces, aullidos bestiales y llanto. Llanto porque ya habían caído muchos más de los que podían permitirse y seguían cayendo a cada instante que pasaba. Enarboló su lanza y le atizó un golpe a un inferior que se había adelantado, sin detenerse en su camino hacia los árboles, donde el combate estaba más reñido.

- ¡A mí! – llamó a quien pudiera oírlo – ¡Venid todos! ¡Juntaos aquí!

Se frenó en seco para atizar un lanzazo en el cuello a un monstruo. La criatura se contorsionó con un chillido estrangulado y siguió agitándose cuando Bongüi recuperó el arma y cayó al barro. Los almaoscura nunca morían en silencio.

- ¡Aquí! – insistió, centrando sus atenciones en otro monstruo, que había acudido a sustituir el primero. Algunos de los suyos lo oían, pero no estaban en disposición de reunirse con él – ¡Venid aquí!

Se enzarzó con el segundo almaoscura, otro inferior cuadrúpedo que no le supuso demasiado desafío, pero que fue rápidamente reemplazado por otros dos de características similares. Fue a por uno, repitiendo con éxito la misma maniobra que había resultado en victoria las dos ocasiones anteriores. Vislumbró movimiento arriba: algunos buteri habían conseguido emprender el vuelo. Se deshizo del segundo almaoscura y frunció el ceño. No eran ni la mitad. Apenas la mitad de los dragones del valle estaban en el aire y la trayectoria errática de más de uno de ellos no auguraba nada positivo con respecto al destino que habían corrido sus jinetes.

- ¡Domago! – por fin, un par de los suyos, manchados y empapados de agua de lluvia, se situaron a sus flancos, sus lanzas preparadas.

- Vamos a echar a estas alimañas de aquí – les dijo Bongüi, sin tiempo ni imaginación para idear arengas más significativas – ¡Adelante!

Fue a avanzar más hacia el bosque del que seguían brotando los almaoscura como agua de un río crecido, pero no pudo, el combate se reanudó de inmediato con más de aquellas bestias. Cada instante que pasaba crecía el terreno que controlaban. Los cuerpos se amontonaban.

- ¡Resistid! – les gritó a los dos que había conseguido convocar a su alrededor, en un intento un tanto desesperado de infundirles coraje.

Los monstruos aparecían para plantarles cara uno tras otro, todos a la vez, sin descansos entre uno y los sucesivos, cada vez más próximos entre sí, sin acusar cansancio o vacilación, pues no tenían conciencia ni preocupación ante la muerte de sus semejantes. Bongüi trataba por todos los medios de centrarse exclusivamente en el combate, ignorando el escenario cada vez más adverso que lo enmarcaba, eludiendo la que tal vez sería su responsabilidad como Domago de tomar las riendas de la situación para enfocarse en lo que verdaderamente sabía hacer, pues él siempre había sido un simple guerrero y nada más.

Un rayo hendió el cielo en dos, aportando por un momento la claridad que las lámparas volcadas apenas proporcionaban. El ruido era ensordecedor.

- ¡A mí! – repitió una vez más, sin tener la certeza de que alguien pudiese oírlo.

La Gracia del Cielo I. Los Hijos del PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora