18.

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Kara: hola, soy yo, Kara. Quería agradecerte por lo del empleo. Todo sucedió tan de pronto que olvidé por completo decírtelo. Resulta que no se trataba de una broma así que tenía que darte las gracias. Quizás pueda confiar en ti un poco. Solo un poco.

Dejé mi celular a un costado mientras repasaba la pila de apuntes pero al cabo de unos minutos comenzó a sonar. Al principio la llamada me asustó, ¿acaso era ella? ¿Escucharía su voz? Pero no. En la pantalla las letras rezaban Alex.

—¡¿Alex?!
—Mi horóscopo dijo que me mantuviera alejada de situaciones dolorosas y mira como... ¡Eh, Kara!
—¿Situaciones dolorosas? ¿Qué has hecho?
—Ah, nada, una viga me atravesó el hombro pero estoy bien. Estaba hablando con Becca del accidente, le contaba que fue de lo más gracioso, ¿quieres hablar con ella?
—¡No quiero hablar con tu novia! ¿Cómo demonios una viga te atraviesa el brazo?
—No todos somos señorita indestructible, Kara. Estaba en el entrenamiento y calculé mal uno de los saltos y, uh... Sí, un metal de cinco centímetros me clavó al suelo como mosquito.
—¿Cuando pasó eso?
—Hace unas veintitrés horas según Becca. Estuve drogada gran parte del tiempo y no sentí nada —alargó la primera sílaba con destacado orgullo. Mi hermana era una salvaje en cuanto las heridas y golpes que a veces su entrenamiento en el FBI le causaban. Llevaba ya más de once meses preparándose y sabía que era una de las mejores pero tenía tanta pasión y adrenalina con cada cosa que hacía que de vez en cuando eso le jugaba en contacto trabajo.
—Eres una idiota, tienes que cuidarte. ¿Qué hay si hubiera caído justo en medio de tu frente?
—Sería un lindo cadáver esperando en la morgue —escuché la voz de Becca regañándola del otro lado mientras Alex reía. —Lo sieeento, ustedes se toman todo a mal. En fin, no era por eso para lo que llamaba. Esas conversaciones de cinco minutos por la noche no son lo suficiente para mantenerme al tanto así que se me ocurrió que tal vez podría ir a visitarte.
—¿Hablas en serio?
—Claro, extraño a mi hermana.
—¡Me encantaría que vengas!
—Esperaba que dijeras eso. Dime, ¿cuándo tienes un día libre? Quiero que lo pasemos juntas.
—¿Pero que hay del entrenamiento? ¿Te dejan venir?
—Tengo unas pequeñas vacaciones.
—Genial —añadí con verdadera alegría y busqué entre mis horarios un día que estuviera disponible. —El próximo viernes y sábado tengo todo el tiempo del mundo. Puedes invitar a Becca también, extraño algo de normalidad.
—Mi novia ya estaba incluida desde antes de preguntarte, no te preocupes. Oye, amor, saluda a Kara.
—Hola, alienígena.

Me reí apenas escuchar a Becca. Ya había demostrado incontables veces que era de fiar y se había vuelto alguien esencial en nuestras vidas. Era una gran amiga y en verdad la extrañaba por lo que oír ese sobrenombre fue como una caricia en el alma. Lo gracioso de su manera de llamarme es que Becca adoraba, realmente amaba, todo lo relacionado con el espacio.

—Hola, cabeza de chorlito. Hazme el favor de cuidar a Alex por mí los próximos días, ¿vale? Me gustaría verla en una pieza.
—También a mí —suspiró, luego de una pausa volvió a hablar. —Te llevaré uno de los pasteles de tu madre, Eliza está ocupada en el hospital y no podrá acompañarnos así que esa es su manera de enviarte saludos.
—Serán unos muy agradecidos y deliciosos saludos.

Las dos reímos y pronto Alex estuvo otra vez al teléfono.

—Llegaremos a media mañana el viernes, tengo que irme, te ... ¡Sal de arriba mío! —hubo una serie de sonidos que eran bastante parecidos a besos y que hubiera preferido no escuchar. —Te quiero, Kara, ¡adiós!

Sonreí con la sensación de mi hogar latente todavía en el pecho. Extrañaba a mi familia, había sido complicado irme, pero tenía que empezar de alguna manera.
Me levanté para alistarme para mi siguiente clase. Estaba emocionada por poder ver a mi hermana y a Becca después de un mes, también quería algo de tiempo con mis padres pero mi madre seguía con turnos infernales en el hospital y mi padre se la pasaba atado a su laboratorio. Quizás algún día en las vacaciones iría a verlos.

My Yellow Sun; Supercorp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora