66.

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A la mañana siguiente renuncié en Morrigan's. Le agradecí de corazón a Elizabeth por la oportunidad, no acepté la paga del último mes y me despedí con gran melancolía de las chicas que se habían vuelto algo así como mis amigas con el tiempo. Pero no alargué demasiado las cosas, no podía permitirme quebrarme aquí, no soportaría luego lo que vendría.

De vuelta en la universidad tuve la suerte de que Lena estuviera en una de sus clases. Maggie esperaba en mi habitación con mi hermana para intentar convencerme de la locura que haría. Por segunda vez esa mañana, tuve que escucharlas.

—Dime que te has sacado esa tonta idea de la cabeza —dijo una Maggie tan seria como alterada que por poco pensé que se trataba de otra persona.
—No estoy de ánimos para hacer esto. Solo déjenme sola.
—Estás siendo egoísta —murmuró Alex, podía escuchar su corazón latir con prisa desde aquí—. ¿Cómo esperas que esté de acuerdo con tal estupidez? ¿No fue suficiente señal su desaparición? ¿No crees que no haya nada que encontrar? ¡Kara, ni siquiera has desarrollado del todo tus poderes!
—Tu fe en mí sí que es ciega.

Alex negó lentamente, su mirada solo podía hacerme pensar en la enorme decepción en la que me convertiría al irme. No tenía corazón para pensar en las consecuencias de ir en busca de Clark. Por supuesto que dudaba, claro que había pensado en que quizá jamás podría hallarlo, pero no era lo que ocupaba mi mente ahora.

Fue Maggie quién dio unos pasos más adelante hacia mí. Mucho más relajada que antes, diría que hasta rendida. Al verla de verdad, a los ojos, me encontré pensando en lo mucho que la extrañaría.

—Sé que no puedo convencerte, no hay forma de sacarte una idea de la cabeza y claro que eso siempre fue parte de las cosas que adoro de ti. Esperaba que pudieras haber cambiado de parecer, que te preocuparas por lo que podría llegar a sucederte si algo sale mal. Pero a pesar de todo sé que eres capaz de ir hasta el mismo maldito Neptuno si así lo deseas. Con poderes desarrollados o no, eres invencible, eres especial y decirte que pierdas tu tiempo aquí, en esta tonta universidad, teniendo todo un universo que explorar en una misión suicida... —se detuvo de pronto, soltando todo el aire que había estado reteniendo y alzó las cejas—. Solo puedo decirte que si es tu decisión definitiva estaré más que dispuesta a apoyarte.

Sonreí por primera vez desde que todo había empezado. No hice caso de la incredulidad en el rostro de Alex, abracé a mi amiga y me aguanté las lágrimas. Ignoré lo pesado que se sentía mi pecho. No tenía otra opción más que ir a buscar a mi primo, nadie más lo haría, a nadie más le interesaría arriesgarse.

Él era lo único que me quedaba de Krypton, sí, pero no era lo único por lo que lo hacía. Había una ciudad que lo necesitaba, un mundo entero que no tenía otro salvador, y yo contaba con lo necesario para ir en su búsqueda. Era mi deber y sabía que aunque todas las estadísticas me dijeran que nunca más podría volver... Aún así lo haría. Porque jamás viviría conmigo misma si no lo intentaba, no sin recordar siempre que pude haber hecho algo.

—Gracias, Maggie.

Mi amiga me contempló un momento. Su sonrisa a medias estaba acompañada por una mirada de pura resignación. Tal vez porque ahora sabía que nada me haría replantear la situación.
Me dio unas palmadas en el hombro y salió de mi habitación.

—No pensé que harías esto —dijo Alex de brazos cruzados, mirando el suelo. Una sonrisa amarga se le dibujó en 
la cara—. Ni siquiera has llegado a los veinte.
—¿Te preocupa que no llegue a los veinte, tonta? —me acerqué y me senté en la cama a metros de ella. Todo se sentía vacío dentro de mí, cada vez peor—. Es lo que tengo que hacer, lo sabes, Alex.
—No tienes que ser tú, quizás...
—No. No voy a seguir esperando.
—Nunca has ido al espacio, nunca volaste tanto, no sabes lo que pueda pasar allí.
—No puedes protegerme por siempre. No puedo prometerte que volveré. Si soy un poco honesta... Ahora mismo estoy aterrada hasta los huesos —reí, sintiendo al mismo tiempo como mis ojos se cristalizaban—. Pero intentaré volver entera ¿de acuerdo? No sé cuándo y no sé cómo, pero intentaré volver, Alex.

My Yellow Sun; Supercorp.Where stories live. Discover now