30.

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En cierto momento habíamos quedado acostadas en la cama. Yo sobre su pecho y Lena con una mano en mi cabello, acariciando las ondas rubias. La luz de neón había sido apagada anteriormente y Lena había encendido la lámpara de noche. Nada más allá de besos intensos había ocurrido pero las dos estábamos bien con eso, no existía ningún interés en apurar las cosas.

Estar ahí con Lena se sentía muy bien en todos los sentidos. No solo tenía la posibilidad de inclinarme cada tres minutos y besarla a mi antojo pero sino que también disfrutaba de su compañía, habláramos o no. Desconocía la hora qué era pero no quería irme.

—Esto es extraño —dije varios minutos después. Bajé la mirada a su estómago, a las cicatrices y un impulso me hizo querer trazar las líneas irregulares pero me contuve. No le gustaba que la tocaran.
—¿Por qué lo dices?
—Ayer le negaba a toda mi familia que no sentía nada por ti y ahora... Ahora no puedo dejar de pensar en lo tonta que fui.
—Sí, escuché con claridad esa parte —rió Lena, el sonido me alegró el corazón. —Pero no fue la primera vez, venías diciendo desde hace tiempo que yo no te gustaba así que pues, tampoco iba a arriesgarme.

Volví la cabeza atrás para mirarla y me alejé un poco hasta quedar a su misma altura.

—Debiste decírmelo.
—Nunca parecía el momento justo, pero cuando estuviste enferma y eso te dije que lo haría, solo que tú no recuerdas.
—Sigo sin recordar ese día —susurré esforzandome por buscar en mi memoria algo de esos momentos.
—Te dije que cuando estuvieras bien te confesaría lo que me pasa contigo.
—¿Y qué te pasa conmigo, Lena? —mi tono la animó.
—Bueno... Muchas cosas. Por empezar no dejo de pensar en ti, en tus ojos, ni en tu sonrisa, ahora también en tus labios —se acercó y plantó un dulce beso en mi boca. —Tenía miedo de arruinarlo todo, incluso ahora me sorprende ser capaz de estar así contigo.
—Nunca he podido entenderte Lena, la manera en que a veces me mirabas y... No podía comprender.
—Te miraba porque no podía dejar de hacerlo pero era demasiado cobarde para dar el primer paso.
—Dudo que seas cobarde —dije buscando su mano, sus dedos se pusieron a jugar con los míos. Después de un minuto de completo silencio habló otra vez.
—Me gustas mucho, Kara.

No ayudó que mis mejillas se calentaran al instante y apartara la mirada de esos ojos verdes. Rao, ¿así se sentía?

—Estás loca.
—Estoy loca y me gustas, ¿sabes por qué? —volví a verla y negué. —No por esas superficiales razones de novelas o esa clase de tonterías. Me gustas porque eres tan diferente de los demás en la manera en que me miras. Pero no solo a mí, a todo. Tienes una especie de... De extraña esperanza y optimismo que me sorprende. La clase de optimismo que yo necesito. Me gusta verte sonreír y también verte reír, no hay nada mejor que saber que eres feliz.
—Puedes apostar a que estoy muy feliz ahora. ¿Tú estás feliz, Lena?
—No recuerdo la última vez que me sentí así de libre y feliz.
—¿Y cuando fue eso?
—Dos años atrás cuando me hice un tatuaje.
—¡¿Qué?! ¿Tienes un tatuaje?
—¿Quieres verlo? —dijo sugerente. Creí que era una broma pero se sentó en la cama y yo hice lo mismo.

Bajó una parte del pantalón, apenas unos centímetros al costado de su cadera y sobre su pierna derecha. Tuve que mirar mejor para comprender de qué se trataba.

—Son...
—Todos los planetas, sí —me quedé viendo los pequeños círculos, detallados según como era cada planeta del sistema solar. Quedé fascinada.
—¿Me dejas tocar? —mi pregunta quizás sonó de lo más estúpida pero Lena solamente asintió. Estiré mi mano y esperé no incomodarla demasiado. Al acariciar la tinta de Marte, Lena movió ligeramente la pierna pero no dijo nada. Seguí tocando cada planeta, uno por uno, cada círculo tenía su estilo, diseño y color diferente. Habían pequeños puntos azulados que descubrí que eran estrellas. Tenía todo un espacio ahí. Nunca me habían llamado la atención los tatuajes ni mucho menos pero ver aquellos dibujos, tan bien hechos y perfectos en su piel, fue una experiencia mucho más que agradable. Arte sobre arte.

My Yellow Sun; Supercorp.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu