82. Culpable como todo Luthor.

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Lena se había dormido hace una hora y media y yo seguía preguntándome internamente qué era lo que me retenía allí. Ni siquiera había traído mi celular y eso empeoraba todo. No sabía lo que había pasado en mi casa pero era un hecho que Sage seguramente me estaría odiando. Pensar en que la había dejado plantada a causa de mi ex era cien veces peor.

Lena estaba hecha una bola a mi lado. Sus manos tocaban ligeramente mi costado derecho, su rostro estaba relajado al fin y su respiración había vuelto a la normalidad. Podía irme y era lo único que debía hacer pero no aún, me dije, no quería dejarla sola todavía.

Así que esperé. Por muy idiota que me sentía por dejar a Sage sola y a Maggie y Alex sin noticias, ya era muy tarde. Encendí el enorme televisor y lo dejé en silencio. Me entretuve con un programa sobre ciencia hasta que acabó cerca de las tres de la mañana. Ni siquiera había notado el paso de las horas, no había pensado en nada más ni tenido otra cosa en cuenta más que el latido tranquilo del corazón de Lena. Y era una estúpida por eso.

Recuperé la sensatez, apagué el televisor y me levanté de la cama. Sabía que no podía irme solo así, dejarla sin nadie que la vigilara no era la mejor de las ideas. ¿Pero a quién iba a llamar a esta hora?

Opté por la opción más obvia, Sam. Por unos buenos diez minutos estuve buscando por todas partes el celular de Lena. Justo cuando pensaba en rendirme y buscar otra manera lo hallé bajo una pila de hojas con cálculos y números. Regresé a la habitación y Lena, por suerte, seguía durmiendo de la misma manera. Inalterable a lo que sucedía a su alrededor.

Escribí un 'Ven' tonto y seco. No era yo quien sabía cómo se escribían entre ellas así que no iba a exagerar, solo esperé que la no-jefa estuviera mágicamente despierta y viniera al rescate. Ya iba a salir por la ventana cuando algo me detuvo.

Lena me había pedido que no dijera nada, algo ebria y medio drogada, pero era un pedido al fin. Sabía que Sam no se tomaría nada bien ver el salón repleto con drogas de todo tipo. Pero tal vez era algo bueno, tal vez ella sabría cómo ayudarla y evitaría que volviera a suceder.

Y aún así me vi regresando hasta la sala. Junté en una bolsa todo el desastre de pastillas, la cocaína y el resto de cosas que no quería detenerme a identificar. Limpié la mesa y el sofá lo mejor que pude, supuse que para el ojo común aquí no había pasado nada.

Casi volé hasta el cuarto de Lena. Vaya, hace muchos años que no pensaba en la posibilidad de volver a pisar siquiera el mismo suelo que ella. Y era una rara sensación. Regresé a la ventana que daba al balcón y la miré una última vez. Deseé que estuviera bien, todo este tiempo había pensado que lo tenía todo y era completamente feliz, que no tendría este tipos de problemas. Y así la encontraba. Con un aspecto terrible y de todos modos siendo más que hermosa. Ese siempre había uno de sus mejores dones.

Volé lejos de su casa con la bolsa en una mano y la tiré en un incinerador a tres ciudades de National City. Un problema menos que esperaba no se convirtiera en algo de lo que me arrepentiría.

Cuando llegué de una vez por todas a mi departamento Maggie estaba, todavía, en el sofá mirando la televisión. Levantó una botella de lo que pareció cerveza en mi dirección en señal de saludo y caminé con desgano hacia ella.

-¿Qué haces despierta? Faltan como veinte minutos para las cuatro de la mañana.
-Supuse que te gustaría hablar -indicó, llevándose la botella a los labios-. ¿Y bien?
-¿Qué pasó con Sage? Rao, me siento pésimo.

Me alcanzó una botella de una pequeña hielera a su lado y sin otra cosa que hacer la acepté y la abrí.

-Tu noviecita nunca apareció.
-No es mi... Espera, ¿cómo dices? -Maggie asintió a mitad de un bostezo.
-Sage no vino, habrá tenido un inconveniente o algo por el estilo. Créeme que la maldecí unos treinta y cuatro minutos porque estaba muriendo de hambre y ella ni que llegara.
-No lo entiendo...
-Es obvio que no estaba contigo pero lo que me interesa saber es dónde estabas tú.

My Yellow Sun; Supercorp.Where stories live. Discover now