My Yellow Sun; Supercorp.

88. Desarme.

—¿Te besó frente a Lena? —murmuró Alex desconcertada una vez le conté la situación del día anterior en CatCo. Asentí y ella frunció aún más el ceño—. ¿Crees que te miró de esa manera por eso o algo así?
—Uh... No sé, la noté bastante tensa a pesar de la tranquilidad con la que hablaba y luego al mirarme estaba incluso más... Es confuso, no lo entiendo.
—Kara, sí que eres torpe —dijo suspirando al cabo de un rato.
—¿Qué quieres decir?

Alex me observó con esa única expresión de que me estaba perdiendo de la cosa más obvia del mundo. Solía mirarme así cuando un chico quería invitarme a salir en la secundaria y yo no lo entendía hasta que me explicaba.

—¡Está celosa!
—¿... Lena? —musité extrañada. Alex se llevó una mano a la frente con un gesto hastiado.
—No entiendo cómo eres tan inteligente con algunas cosas y luego te estupidizas. A ver... —comenzó de nuevo, esforzándose por buscar calma en sus palabras— no puede ser más obvio, Kara. Lena está celosa de Sage, no hay otro motivo para que reaccione así, no es tan difícil de comprender. Está celosa.
—No se trata de eso —dije dubitativa. Ni siquiera yo me creía lo que salía de mi boca a esas alturas—. Ella me dejó en claro que no podría importarle menos lo que hacía. No le intereso en lo más mínimo. Además es Lena Luthor. Es una multimillonaria empresaria con cosas más importantes que hacer que ponerse celosa por una ex de hace seis años.
—Kara, eres una idiota —masculló reprimiendo una risa y la noté más relajada—. Tú eras una alienígena cuando te enamoraste de ella. Literalmente lo más absurdo que uno podría imaginarse. Un alien. Hay cosas más extrañas en el mundo que una multimillonaria empresaria celosa de su ex. Mira... Tuvieron algo importante, algo difícil de borrar fácilmente. Es normal que se haya puesto celosa al verte con alguien más en su propia empresa y en frente de ella. Recuerda que fuiste feliz con ella, la besaste a ella de esa manera, lo mismo habrá pensado Lena al verte en esa situación. Fue la primera vez en años en que te vio a ti con otra. Si terminara con Maggie y la viera con alguien más probablemente me pasaría algo parecido.
—¿Y con Becca?
—¿Qué? —dijo a la vez que el brillo de le iba de los ojos—. ¿Qué pasa con ella?
—Terminaron hace seis años, poco después de que yo me fuera, más o menos al mismo tiempo que lo mío con Lena acabó. ¿Estarías tú celosa por Becca?
—Eso es diferente.
—Es lo mismo.
—No, no lo es —suspiró dejándose caer un poco en el sofá—. Lena no te engañó con otra en tu propia cama.
—Lo siento —dije con una mueca.

Me enteré mucho después de regresar a la tierra lo mucho que Becca había hecho sufrir a mi hermana. En su tiempo había sido mi mejor amiga, claro, pero el desagrado que me causó saber en lo que se había convertido era tan grande que ni siquiera toleraba la idea de volver a verla.

El DEO la contactó al tiempo de que ella y Alex terminaron. Al saber sobre mi identidad secreta algunos temían que abriría la boca y le diría a todo el mundo quién era. Pero tras una seria conversación Becca aseguró que no hablaría, como favor a Alex, ni siquiera a mí.

Pero al fin y al cabo mi hermana había tenido tiempo de sobra para conocer a otras personas y luego de un par de novias y aventuras Maggie terminó siendo la indicada. El cómo y porqué mi amiga había hecho un cambio radical en su estilo de vida siempre escapaba de mi conocimiento.

—No pasa nada —afirmó Alex sacándome de mi ensimismamiento—. Ya tengo que irme. Hay algunos problemas en el DEO y necesitan más agentes.
—¿Necesitan ayuda? Puedo ir a darles una mano.
—Supergirl puede descansar de la base por un momento, algo me dice que tiene otras cosas en las que pensar —respondió con tono misterioso a la vez que se levantaba.

La vi saludarme con la mano y salir por la puerta. Ya una hora después cuando acababa de salir de la ducha escuché el sonido de mi portátil anunciando un correo. El contenido me dejó atónita.