38.

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—No quiero arruinar el momento pero... Necesito saber qué pasó.

Busqué su mirada en el segundo en que la apartaba pero aún así no me soltó la mano. Nos habíamos acostado hace ya más de una hora y solo habíamos hablado de cosas sin sentido, además de claro, besarnos sin parar. Podría seguir así toda la noche pero no aguantaría otro día sin saber la verdad.

—No sé por dónde empezar —murmuró pasándose la mano libre por la nuca. —Hace una semana, cuando me llevaron, me pusieron tras las rejas sin más. No me dejaron pedir un abogado y fue cuando supe que estaba muy jodida. Nadie me dijo nada hasta que llegó un tipo que parecía muy importante y me puso al tanto de todos los cargos por los que estaba siendo culpada. Creo que el maletín lleno de droga había sido solo el anzuelo.
—Dijiste que no había sido tu padre el que te había metido ahí, ¿cómo lo sabes? —Lena me soltó. Extrañé automáticamente su tacto.
—Digamos que lo que menos quiere Lionel es perder parte de su negocio. Lo que yo... Aporto en su empresa es de vital importancia, quiera él admitirlo o no, sus clientes no estarían ni la mitad de interesados si yo no me metiera en sus pantalones. —Corté el contacto visual porque temía que pudiera ver en mis ojos todas las emociones que lo que había dicho me producía. Lena no tenía la culpa y Lena no podía hacer mucho pero aún así el tema me ponía los pelos de punta y supe que ella lo había notado. Puso un pulgar en mi mejilla hasta que la miré otra vez. —Lo siento.
—Continúa.
—Todos esos cargos que pusieron en mi contra en realidad son los de Lionel. Supe que todo lo que dijeron que yo había hecho se trataba de los negocios sucios de mi padre, pero no iba a decirlo.
—Podrías haber confesado, podrías haber dicho que...
—Sí, podría haberlo hecho —me interrumpió. —Pero no lo hice por la misma razón por la que sigo dejando que explote mi cuerpo. Solo que no estoy lista para contarte esa parte de mi vida. Como sea, el que plantó todas esas pruebas en mi contra se llama Ernald Greeshnak. Tiene dinero y poder pero no tanto como mi familia. Tuvo una relación bastante mala con Lionel y era cuestión de tiempo que atacara. Por supuesto que tendría los recursos para hacerme ver mal, plantar en mi propia habitación un maletín con droga e involucrarme en todos los negocios de mi padre.
—¿Cómo... Cómo supiste que era él?
—Greeshnak está loco de remate. Te diría que hasta pasa como mafioso. Su ego esta vez le jugó en contra, ¿sabes? El que llevó la comida envenenada a mi celda tenía un tatuaje en forma de leopardo en la muñeca. Esa es su marca y la de todos sus secuaces. Para ser un tipo inteligente deja mucho que desear. Aún así es de admirar que haya investigado tanto sobre Lionel como para armarse todo un historial con sus negocios ilegales.

Me quedé pensando en lo que había dicho. Todo este tiempo estuve segura de que el culpable era Lionel. Todo indicaba lo mismo. Fruncí el ceño mientras la confusión se abría paso y traté de buscar las palabras correctas.

—Si todos los cargos por los que te culparon son los de Lionel... Eso quiere decir que el accidente de tu madre en verdad fue obra suya, ¿no?
—Me temo que sí. Era algo obvio de todos modos... Lex y yo lo sabíamos. Creo que si se enterara ahora mismo de todo lo que acaba de pasar... —Lena se detuvo, negando en silencio. —Todavía no sé porqué Lionel mataría a mi madre, no es que tuvieran una relación de ensueño pero nunca tuvo sentido para mí su muerte.

Los ojos de Lena se cristalizaron y yo coloqué mi mano en su hombro. Mientras más pasaba el tiempo más desagrado su padre me causaba. ¿Cómo podía haberla hecho sufrir de esa manera? ¿Cómo podía seguir lastimando a su propia hija?

—Pagará por todo lo que hizo, Lena. —Su mirada de pronto se volvió oscura.
—A veces tengo miedo por las cosas que pienso. Tengo... Tengo pensamientos que no puedo sacar de mi mente y cada uno involucra hacerlo sufrir muy despacio. Sueño con que sufra tanto como me hizo sufrir pero en esos sueños su dolor nunca es suficiente.
—Lena —hice que me mirara y de a poco se suavizó. —No eres como tu familia, no le des el gusto a los demás de estar en lo cierto. Sé que no eres como tu padre, ni tampoco cómo tu hermano. Eres mucho mejor, ¿me oyes?

My Yellow Sun; Supercorp.Where stories live. Discover now