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Caminamos otro poco más lejos del gimnasio hacia un pequeño jardín cerrado. La música aún se escuchaba con claridad. La luna y las estrellas parecían como dibujadas en el cielo, sacadas de una pintura o fotografía de alguna noche perfecta. No había nadie más que nosotras y la luz de un reflector a varios metros me dejaba ver su cara muy bien. Era demasiado hermosa para ser real.

Habíamos empezado a movernos con lentitud solo para acompañar la canción. Lena tenía ya las dos manos en mi cintura, por mi parte me sentía algo más relajada así que rodeaba su cuello con los dos brazos. Estábamos muy cerca, tan cerca que era fácil sentir su respiración sobre la mía.

—No he tenido la oportunidad de decirte lo hermosa que te ves hoy —fue tan simple y repentino su halago que al principio no supe cómo reaccionar.
—Maggie me regaló el vestido.
—En realidad... —comenzó, alargando la palabra, y al instante me imaginé lo que diría. Mi expresión la hizo sonreír—. Yo le di el dinero para que lo compre porque sabía que tú nunca te decidirías a por uno a tiempo.
—No me digas que ella siempre lo supo.
—Lo supo cuando le hablaste de Excalibur por primera vez —rememoró—, Digamos que fue directo a mi puerta y dijo 'no me jodas, eres tú'.
—De alguna manera siento que esas fueron sus exactas palabras.
—Necesité extorsionarla un poco para que no abriera la boca y actuara como si no tuviera ni idea.
—¿Dinero? ¿Alcohol ilimitado por un año? —dije al azar, levantando una ceja. Lena rió y sentí que presionaba más mi cintura, siempre con cierta suavidad.
—Solo cuarenta y seis dólares.
—¿Qué?
—Pensé que bromeaba pero fue muy seria en cuanto a eso. Cuarenta y seis dólares por su silencio.
—Bueno, fue muy convincente.

Y recordé entonces las veces en las que le había comentado a Maggie sobre Excalibur y mi amiga, haciendo de cuenta que no estaba enterada de nada, se hacía la tonta.

Una hora más tarde estábamos saliendo otra vez del gimnasio. Habíamos vuelto para beber un poco y bailar hasta el cansancio pero luego de varias canciones con su cuerpo pegado al mío y un alcohol sumamente extraño que me hacía marear de a ratos, yo estaba con la mente en las nubes. Reímos y hablamos de todo sin hacer caso a los demás. Nos habíamos colocado las máscaras, se sentía más divertido, podíamos ser libres.

Pero apenas nos encontramos fuera de tanto ruido dejamos las máscaras a un lado. Como si entre tanta adrenalina y alboroto pensaramos lo mismo, chocamos a la vez en un beso agitado. Su sonrisa se dibujó sobre mis labios y olvidé cualquier otra cosa. Mi espalda chocó contra el casillero mientras el beso se profundizaba y las manos de Lena acariciaban mi cintura sobre el vestido.

—He estado queriendo besarte hace exactamente cincuenta y cuatro minutos —dijo con la voz demás excitada. Al unir nuevamente su boca con la mía suspiró—. Sabes a alcohol.
—También tú.
—¿Te molesta?
—No —susurré débilmente al sentir sus dos manos deslizarse hasta mi trasero—. Me gusta.

Lena gruñó pesadamente antes de alejarse. Me observó por un largo instante a un metro de distancia, y vaya a saber en qué pensaba, pero negó con la cabeza.

—Eso podrá esperar —sentenció. Pese a que ser paciente era lo que mi entrepierna menos deseaba, no me molestó. Pero sí fue una sorpresa lo  siguiente—. Ahora, hay un lugar al que quiero llevarte.
—¿Hablas en serio?
—Si quieres, claro. Si prefieres que nos quedemos en la fiesta no tengo ningún...
—¡Por supuesto que quiero, tonta! ¿A dónde iremos?
—A mi casa. —Mi expresión seguramente había dejado entrever todo lo que pasó por mi mente en aquel momento ya que Lena se apresuró a añadir— Lionel no vive ahí. Solo yo y Elizabeth sabemos de su existencia. Mi madre dejó algunas cosas a mi nombre antes de morir, cosas que Lionel no podría obtener si se enteraba. No paso ahí demasiado pero me gusta la calma que me da saber que nadie más puede alcanzarme allí. Es mi lugar secreto, mi hogar, si se puede decir, y quiero que vengas conmigo.
—¿Estás segura de que quieres que yo vaya?
—¿Quién sino tú? —replicó sonriendo y estiró la mano para sujetar la mía—. Ven, hemos bailado suficiente por hoy.

My Yellow Sun; Supercorp.Where stories live. Discover now