10 Completo idiota

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Estaba tirada en el suelo, con una pequeña frazada cubriéndome. Leía un viejo libro que había encontrado por ahí, la historia logró engancharme cuando analicé la primera página. El sol ya comenzaba a hacerse presente por las calles de Alexandria, y a pesar de que estaba muy cansada, no pude cerrar ni un solo ojo en toda la noche; me la pasé mirando a Carl recostado en la camilla. En ocasiones lo veía despierto, pero no eran más que alucinaciones mías por el estrés y la desesperación que tenía por volver a verlo en pie. Cerré el libro y lo hice a un lado.

-Estuve con Negan - le dije a Carl. Sabía que podía escucharme de alguna manera -Aunque no lo creas, me ayudó cuando me sentía mal.

Ahora que había convivido un poco con Negan, me di cuenta de que en realidad no era tan malo como yo lo creía. Supongo que todos tenemos un lado bueno y uno malo, tú decides con cuál guiarte a lo largo de toda tu vida. Negan no fue así de malo, alguna vez tuvo una esposa a la que amaba mucho. Mis expectativas sobre él habían cambiado de un momento a otro, pero eso no significaba que no sintiera rencor por lo que hizo, las personas que mató. Aún quería venganza.

-¿Sabes algo? Si tuviera que volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte mucho antes.

Solté un suspiro, y de repente la puerta de la habitación se abrió. Era Rick, quien al verme no dudó un solo segundo para acercarse a mi. Me levanté apoyada de mis manos, él me rodeó con sus brazos para formar un cálido abrazo de bienvenida. Estaba feliz de verlo nuevamente.

-Me diste un gran susto - cerré mis ojos compadecida -No vuelvas a separarte de mi. No quiero perder a nadie más.

Acarició mi cabello y en unos segundos más se separó de mi. El sol salió por completo e iluminó la habitación entera con su brillante luz. Hace mucho que no veía que resplandeciera tanto. Luego de que el apocalipsis comenzara, el cielo nunca se había visto tan vivo.

-¿Te sientes bien para poder salir? - asentí -Bien, porque irás con la gente de El reino a una expedición.

Se alejó para salir de ella habitación. Antes de que pudiera marcharse, lo detuve con un simple pregunta:

-¿Dónde?

Se volteó para mirarme. Todo su peso se vió apoyado en el marco de la puerta.

-Al lugar en donde comenzó todo el problema con Negan.

Hice una mueca. Lo primero que pasó por mi mente fue el bosque en el que nos acorralaron todos lo Salvadores, lugar donde murieron Glenn y Abraham, pero no podía ser ahí; ¿por qué querríamos regresar a ese mismo sitio? Luego recordé lo que Carl me había dicho sobre la búsqueda de Negan cuando desaparecí en aquella horda. Dijo que hicieron varios viajes y expediciones a diferentes lugares con el fin de encontrar a Negan y matarlo. Cuando por fin se toparon con una de las bases de los Salvadores, mataron en silencio a todo hombre que habitaba ahí, mientras dormían por la noche. Creyeron que habían matado a Negan en ese mismo edificio, pero no fue así. No sabía dónde se encontraba el lugar, pero estaba segura de que iríamos allá para acabar con unos cuantos Salvadores más. El plan era deshacerse de todos ellos.

Tomé mi mochila, metí en ella todas las cosas necesarias, y antes de salir besé a Carl en la mejilla.

-Ya vuelvo.

Aparté un mechón de su cabello y le sonreí a la fuerza. Bajando por las escaleras me topé con Alan; nuestros cuerpos chocaron sin previo aviso y los dos nos tambaleamos un poco. Mi pie resbaló por uno de los escalones, y si Alan no me hubiera tomado por las manos, habría sido una fuerte caída escaleras abajo. Me incorporé nuevamente con su ayuda, soltando unas cuantas risas.

No me abandones: El final se acercaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora