No me abandones: El final se acerca

43 El nuevo mundo

Hashtags del capítulo anterior

#BenjamimEsQuienFueAsesinadoPorUnMelóm

#BenjamimEsMiCrush

#BenjaminEsUnMuertoVivientePorqueEstáViviAquíPeroNoEnLaSerie

#BenjaminEsTaVivoPorqueYoTeDiLaIdea

#BenjaminEsUnaTernura

Y el ganador del duelo de asesinos es:

NEGAN Y BROOKE.
Así es. Esto ha sido un empate.

1 año después

Era de mañana ahí en Hilltop. El día me parecía maravilloso, aunque el trabajo no tanto.

Los habitantes se activaban desde muy temprano para hacer sus tareas; desde plantar cosechas, hasta reparar algunos automóviles u objetos dañados. A pesar de todo el tiempo que había pasado no podía creer que en verdad estuvieramos libres de Negan. Al fin podía respirar aire fresco y no preocupaciones. Erik me había estado repitiendo infinidad de veces "eres una dramática", pero yo no sentía que fuera de ese modo.

Todo iba muy bien para mí, y creo que también para todos los demás. Tenía amigos, familia y una comunidad con la cual sobrevivir por un buen tiempo. Si eso no es una buena vida dentro del apocalipsis zombie entonces no sé qué lo será. Ojalá pudiera decir que dejé a Carl en el pasado, pero estaría mintiendo. Es obvio que todos los días de esa maldita vida tenía que pasar por mi memoria un recuerdo sobre él. Miraba la torre de vigilancia y veía a Carl sentado sobre ella observando los árboles, tal como lo hacía en las mañanas. Miraba los porches de las casas y veía a Carl sentado en una silla con ambos codos sobre su regazo, como el día en el que Leila y yo estábamos hablando y él me observaba con atención. En conclusión, todo lo que tenía que ver con él me hacía recordarlo.

—¡Oye, hermosa!

Me alejé de mi mente y giré la cabeza para mirar a Erik, quién se acercaba a mí con una bella sonrisa.

—Ay, que lindo eres — respondió Leila detrás de mí —. Es obvio que me lo dices a mí, ¿no es verdad?

Se colocó a un costado de mí y me rodeó el cuello con uno de sus brazos.

—Podría ser, pero estaría diciendo mentiras — contestó él, provocando que las risas salieran de mi boca

Leila carraspeó y se acercó a Erik con una mirada fulminante. Si sus ojos fueran pistolas juro que ya lo habría matado.

—¿Qué fue lo que dijiste? — preguntó, dándole la oportunidad de cambiar su respuesta antes de hacerle daño.

Erik se rió.

—Es broma, Leila — rectificó —. Las dos son hermosísimas — abrazó a Leila con un solo brazo mientras escuchaba sus quejidos. Luego me miró y una enorme sonrisa se formó en su rostro. Se separó de mi amiga para acercarse —. Pero no más hermosa que tú.

Acarició mi mejilla con delicadeza y me dio un beso corto en los labios.

—Puaj, que asco — Leila hizo un gesto —. Detenganse antes de que los vomite encima.

—Relájate, señorita sarcástica — dijimos los dos al unísono.

Su apodo fue elegido por el mismísimo Alan, quien después de ser testigo del sarcasmo utilizado por Leila supuso que se merecía un buen sobrenombre, cosa que a mi querida amiga no le importaba en absoluto; incluso creo que le gustaba que la llamaramos de ese modo.