12 Piedad por todos

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El automóvil en el que viajabamos Rick y yo iba andando a toda velocidad con la intención de poder alcanzar a los Salvadores dentro del otro auto frente a nosotros. Daryl también nos acompañaba, venía en su motocicleta justo detrás de nosotros.

El problema era que estaban transportando armas hacia el Santuario; y si dejábamos que eso sucediera todos aquellos Salvadores que habíamos dejado encerrados a causa de los cientos de caminantes saldrían, incluyendo al malvado líder de la tripulación: Negan. Michonne, Tara y Rosita se encargaron de darnos la información suficiente, tal como a dónde se dirigían, por dónde iban y qué tipo de armas querían hacer llegar a manos de Negan. Hicieron un muy buen trabajo.

-¡Se están alejando! - grité tan fuerte como pude para que mis palabras pudieran escucharse por encima de los ruidos del motor -¡Acelera!

Rick hizo caso a mis indicaciones y pisó con más fuerza el acelerador. Sin perder más tiempo tomé mi arma y la recargué para entregársela a Rick en unos instantes más. Cuando por fin logramos alcanzarlos de nuevo cambiamos de lugares; me coloqué en el asiento de piloto y mantuve la velocidad que teníamos intacta. Rick tomó la pistola ya lista y sin más rodeos saltó al auto de nuestros contrincantes. Escuché unos cuantos golpes, derrapones y disparos; una bala pasó por sobre mi cabeza, pero aún así no dejé de concentrarme en lo que debía hacer.

-¡Allyson, cuidado! - escuché decir a Daryl a mis espaldas.

Giré la cabeza hacia la derecha y de la nada salieron disparos del otro auto, uno tras otro. Tuve que agacharme un poco para que ninguna bala lograra llegarme. Bajé un poco la velocidad y así me mantuve lejos de la mayoría de esos disparos. Rick seguía luchando contra ellos; lanzó a uno fuera del automóvil en movimiento mientras que al otro lo golpeaba con los puños constantemente, haciendo que perdura el control al conducir.

-¡Daryl, acaba con esto!

Se acercó mucho más con la motocicleta sin dejar de mirar al frente. Sacó un revólver y disparó sin dudar a una de las ruedas de aquel objeto andante. Este se tambaleó por un rato hasta que finalmente se volcó de lado con Rick y el hombre dentro. Conduje unos cuantos metros más y luego me detuve por completo. Abrí la puerta y salté al concreto un poco apresurada por ayudar a Rick.

-¡Supongo que necesito ayuda! - exclamó en forma de quejido

Me arrastré por el suelo y me adentré por un hueco de gran tamaño, Rick estaba ahí dentro tirado boca abajo con la cabeza levantada, observando al frente. Solté una risita al verlo y puse mi mano sobre la suya.

-Lo hicimos - dije mostrando una expresión de alegría.

-Si - me devolvió el gesto -Pero ahora, tenemos que salir de aquí y llevar las armas con nosotros. De algo nos servirán.

Asentí. Cuando me arrastraba para pasar por el hueco, nunca me imaginé cómo saldría después. El espacio era muy reducido como para que pudiera retroceder y salir de nuevo. No pensé en eso antes de entrar, aunque me causó mucha gracia ver la cara de Rick. Un par de segundos más y se escuchó un chirrido proveniente del auto que nos tenía atrapados. Se movió de un lado a otro en varias ocasiones hasta que ví como se elevaba un poco.

-Salgan - habló Daryl, sosteniendo el automóvil con ambos brazos.

Nos trasladamos hacia afuera sin detenernos como si fuéramos unos pequeños gusanos en la tierra en busca de comida. Al ponernos de pie Daryl lo soltó como si nada y decidió relajar los músculos.

Miré a lo lejos entre cerrando los ojos. Mi respiración era algo agitada. El hombre al que Rick había lanzado fuera cuando estábamos en movimiento se encontraba en la lejanía sobre la carretera ya sin vida. El otro que cayó junto con él al reventar la llanta del auto aún seguía en pie en este mundo; su cuerpo yacía fuera del camino entre las plantas secas. Su camisa tenía ligeras manchas de sangre que me hacían creer que en su piel se lograron insertar pequeños vidrios rotos, además soltaba quejidos de dolor y angustia que desesperaban a cualquier persona. Sabía que se trataba de un Salvador, que formaba parte de aquellas personas que habían matado a algunos de nuestros más queridos compañeros y amigos; pero fuera de eso tenía en claro que llevaba tiempo tratando de sobrevivir a ese mundo de mierda. No me parecía correcto el tener que matarlo, podíamos dejarlo vivo, después de todo obtuvimos lo que queríamos y necesitabamos.

No me abandones: El final se acercaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें