59 ¡Especial 2 años de historia!

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¡Esta bella historia cumple 2 años de ser publicada en Wattpad! Que disfruten del capítulo especial.






Por un par de minutos, intenté con todas las fuerzas posibles mantenerme despierta. Fue un intento realmente inútil. Caí en un abismo negro después de aquel golpe... Me desmayé.

Cuando por fin mi cerebro se dignó a mandar señales a mi cuerpo de que podía abrir mis ojos, tardé un par de segundos en adaptarme a los colores que rodeaban mi campo visual. Era como si hubiera estado en coma por varios meses y me fuera difícil regresar al mundo real. No tenía idea de dónde me encontraba. Pero lo que era seguro, es que estaba recostada en una cama que, a mí parecer, me incomodaba demasiado. Apoyé ambas manos sobre el colchón y apliqué la fuerza necesaria para poder levantarme. Froté mi espalda con suavidad y en seguida un dolor punzante se instaló en gran parte de mi cabeza. Temía que aquel golpe me llegara a ocasionar una enfermedad grave.

Me propuse a mirar la habitación en la que estaba. Era muy linda; de color blanco, con una pequeña mesita de noche en la esquina. Había varios peluches tirados con descuido y unos cuantos libros de dibujos. Deduje que aquella habitación alguna vez le perteneció a una pequeña e inofensiva niña. Quién sabe que habrá ocurrido con ella.

Finalmente, al momento de girar mi cabeza en dirección a la puerta abierta de aquella habitación, lo ví, al mismo hombre que me había rescatado del caminante. Estaba sentado sobre una silla de madera con la espalda encorvada y los codos apoyados sobre sus rodillas. Miraba hacia sus zapatos pensativo, sin realizar el más mínimo movimiento.

-Despertaste.

Oh, ¿en serio?

-¿Qué sucedió? - me atreví a preguntar, aunque sabía lo ocurrido. Solo deseaba escuchar la versión de aquel tipo.

-Caíste y golpeaste tu cabeza cuando un caminante te tomó por sorpresa - explicó, alzando la cabeza.

Ahora podía verlo mejor. El gorro de su abrigo cubría gran parte de su cabeza y una pañoleta negra se encargaba de no dejar al descubierto su boca y nariz. Y en cuanto a sus ojos, era imposible verlos detrás de esos lentes oscuros que traía puestos. Parece que no estaba dispuesto a revelar su identidad a cualquier extraño. De cualquier forma, sabía que él tampoco había sido capaz de ver mi rostro, pues mi pañoleta aún seguía cubriéndome. Me alegraba saber que, aún conmigo inconsciente, mantuvo distancia entre él y yo.

-¿A dónde me has traído?

Se levantó de repente con un suspiro cansado.

-Es una casa deshabitada que encontré cerca del lugar en el que te desmayaste - me dijo. Su voz era extremadamente grave, y tenía que hablar con un tono más elevado para que las palabras que salían de su boca pudieran escucharse a través de la pañoleta -. Ahora - se cruzó de brazos mientras me miraba, aunque no sabía exactamente si sus ojos estaban posicionados en dirección a mí debajo de esos lentes -... ¿Qué haces por aquí?

Me levanté al igual que él, aunque sentí que me tambaleaba un poco. Recobré el equilibrio de inmediato y me acerqué a él unos cuantos centímetros.

-Es una larga historia - respondí -. Una que no puedo contarte.

-De acuerdo. No es necesario que lo hagas - no pareció ofendido en absoluto.

Pasé a un lado de él, esquivandolo, y traté de encontrar la salida de aquel lugar sin dejar de avanzar. Los pasos del chico que había sido mi rescate resonaban detrás de mí, quizás queriendo alcanzarme.

-¿A dónde vas? - preguntó.

Sin detenerme o si quiera darle una mirada rápida, contesté:

-Gracias por la ayuda, en verdad. Pero tengo que irme.

No me abandones: El final se acercaWhere stories live. Discover now