38 Acabar con él

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Y el ganador del DUELO DE APOYO es:

ERIK.








Los días pasan, la horas pasan; aunque no para bien, sino para mal. Muchas personas dicen que con el tiempo todo se arregla. Es mentira. Entre más pasaba el tiempo, más sola me sentía. Noté que después de leer su carta, Rick se veía un poco mejor. Quizás necesitaba hacerlo también. Pero no podía porque me comportaba como una cobarde. Que irónico, ¿no? Fui yo quien le insistió a Rick que leyera la carta, porque solo así dejaría de cargar un peso de encima. Y... ¿Quién me insiste? Es extraño dar consejos cuando ni siquiera tú puedes seguirlos.

Había logrado dormir una noche, a base de medicamentos pero, al menos se trata de un avance. Maggie creyó que era bueno utilizar pastillas para obligar a mi cuerpo a descansar, y no me oponía porque de verdad estaban sirviendo. Ella había estado hablando conmigo desde que Carl murió. Me contaba sus anécdotas de cómo se sentía al perder a Glenn de una manera tan trágica y, al escuchar todas sus palabras, me convencía de que lo que yo estaba afrontando no era nada comparado con aquello que Maggie tuvo que superar.

¿Por qué los humanos somos capaces de aferrarnos a algo y nunca soltarlo? No tiene sentido. Sabes que si algún día lo pierdes será difícil recuperarte, pero aún así tomamos el riesgo. Talvez porque a simple vista no vemos la realidad, o nos gusta hacernos sufrir... Sea el motivo que sea, nos daña de igual forma.

—¿Sabes que siento cada día que veo la cruz de Glenn clavada en la tierra?

Maggie me pasó una taza de café amablemente. Dejé que ella respondiera sin interrupciones.

—Me rompo por dentro — explicó tomando asiento en el sofá frente a mi —. Recuerdo ese momento cuando sus ojos me miraron antes de morir. Podía ver que estaba... devastado.

—Lo lamento — dije. Maggie me miró sin comprender lo que decía —. No debí enfrentar a Negan. De no haber lo hecho, Daryl no habría tenido que defenderme y Glenn seguiría con vida.

Dejó la taza de café de lado y se levantó para acercarse a mi.

—No, no digas eso. No fue de nadie la culpa — una lágrima se arrastró por mi mejilla. Ella la limpió de inmediato —. Tienes mucho coraje, Allyson. Y yo te admiro por haber reunido el valor de enfrentarte a él. Todos estábamos muy asustados. Pero tú no — acarició mi cabello —. Tú y Carl fueron los más valientes de esa noche.

Sonreí a la fuerza. No tenía nada que temer porque no conocía a esa gente, ni sus intenciones. Además, confiaba en mi grupo. Sabía que, aunque fuéramos pocos, podíamos acabar con ellos. Grave error. Cuando Negan mató a Abraham y Glenn comencé a temer. Acabó con sus vidas de una forma tan despiadada, que aún no podía creer que sus muertes hubieran sido de aquella manera tan brutal. Y, cada vez que veía algo que me recordaba a él, gritaba dentro de mí, lamentando todo lo sucedido.

—Quiero a Negan muerto.

Le miré.

—Debe pagar por lo que ha hecho. Por Abraham, Glenn y Sasha. Nos ayudarás a terminar con él, ¿cierto?

Me tomó del brazo.

—Eh, yo — me solté de su agarre —... Tengo que irme — dejé la taza de café en la mesa y cogí mis cosas para irme —. Iré a ver en qué puedo ayudar. Estoy cansada de no hacer nada.

Salí de ahí lo más rápido que pude. No quería seguir hablando del tema de Negan frente a Maggie. ¿Qué iba a decirle? Ella quería verlo muerto, y si yo le decía que había estado convenciendo a Rick de no matarlo supuse que se enfadaría. Y la verdad es que ya no sabía qué pensar ahora. No era una mala persona, Carl me convenció acerca de eso; tenía su lado amable, gentil. Me ayudó cuando lo necesitaba, defendiendome de Brooke al querer meterme una bala en la cabeza. Pero, por otro lado, asesinó a mis amigos de una forma realmente dolorosa. Perdimos a muchos durante la lucha contra él y su grupo. Abraham, Glenn, Sasha, Olivia, Spencer... Carl, una de las muertes más dolorosas para mí. Deseaba haberlo visto morir ante mis ojos. Aunque suene desquiciado, así hubiera podido pasar los últimos minutos de su vida junto a él; talvez diciéndole cuánto lo quería, y que siempre estaría extrañándole en cada segundo del resto de mi vida. O lo que el destino tenía predestinado para mí.

No me abandones: El final se acercaWhere stories live. Discover now