17 Mantente alerta

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-Tenemos que hablar.

Ladeé la cabeza sin ninguna expresión en mi rostro hacia sus palabras.

-Lamento interrumpir - Leila se posicionó frente a los dos -pero tengo una pregunta para ti, Carl - giré un poco la cabeza para mirarle e hice un ademán, indicándole que no lo hiciera, pero por supuesto que ignoró mi petición. Bajé un poco la cabeza y cubrí mi cara con la mano derecha -Espera... lo olvidé.

Aliviada, solté todo el aire acumulado. Carl hizo un gesto hacia mi amiga y después me miró un par de segundos; para entonces yo ya había elevado la cabeza nuevamente.

-Tenemos que hablar - repitió -. A solas - comentó, dirigiéndose a Leila.

-Oh, bueno. Yo creí que nos quedaríamos todos juntos aquí, charlando sobre arcoiris y unicornios, pero bueno, ya me voy.

Se despidió como si fuera un soldado y dió media vuelta para por fin marcharse a otro lado. A Carl no le fue suficiente la partida de Leila. Me tomó de la mano y me hizo atravesar el pequeño huerto y una de las amplias calles de Alexandria para adentrarnos en nuestra residencia, y así poder hablar totalmente a solas como él deseaba. Cuando nos detuvimos en la cocina nos miramos el uno al otro directo a los ojos. Carl no se había percatado de que su mano apretaba la mía con delicadeza, y que sus dedos estaban entrelazados con los míos. Aunque no me importaba, porque para ser sincera no quería que me soltara.

-Es sobre Brooke - soltó, justo después de lanzar un resoplido.

-¿Quieres hablar sobre Brooke? - no le había permitido terminar cuando realicé mi pregunta. Estaba más concentrada en sentir el tacto de su mano que en cualquier otra palabra que su boca pudiera pronunciar.

-No quiero ni mencionarla, pero tengo que - después de eso su mano comenzó a apartarse lentamente de la mía, como si en realidad le costara mucho trabajo soltarme. De su bolsillo trasero del pantalón sacó una hoja de papel, la cual había sido desprendida de un cuaderno con algo de brusquedad; se encontraba doblada, pero aún así se podían ver unas cuantas rasgaduras. El castaño la miró unos instantes para luego entregarmela -. Es de ella. Estaba entre tu ropa en la habitación.

Cogí la nota entre mis manos sin dejar de mirarle. Tomé aire y me limité a desdoblar el trozo de papel para leer su contenido.

Esta es tu última advertencia.
Carl aún está vivo, pero créeme cuando digo que pronto morirá al igual que tú.
Cuida tus espaldas, Allyson, porque nunca sabes que podría estar acechandote.

~B

-Ally - levanté la cabeza hacia Carl -. ¿Qué sucedió mientras estuve en coma?

Tragué saliva. Antes de poder responderle, arrugué la carta convirtiéndola en una insignificante bola de papel y la la arrojé a algún lado de la casa, sin preocupaciones de que alguien pudiera encontrarla.

-Yo... Estuve con Negan en el Santuario, y ahí estaba Brooke.

Carl arrugó la nariz y sus cejas bajaron para formar un gesto frustrado.

-¿Te lastimó? - preguntó -Porque si lo hizo soy capaz de ir a buscarla ahora mismo.

Sonreí con dificultad. Me alegraba saber que talvez muy en el fondo todavía le interesaba mi protección al chico que siempre amé con todo el corazón.

-Tranquilo, no me hizo nada - en realidad si, esa maldita estuvo a punto de matarme en dos ocasiones, el mismo día -. Negan me ayudó, me defendió ante ella - mi comentario no pareció sorprenderle en lo más mínimo -¿Sabes algo? No creo que sea necesario matarlo. Aunque no lo parezca, en realidad es buena persona.

No me abandones: El final se acercaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora