93 Puntos débiles

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Cuando Rick llegó a la comunidad jamás me había sentido tan aliviada en toda mi vida. Al verlo entrar por las puertas de la comunidad con la compañía de Daryl, sonreí desde la lejanía y de brazos cruzados.

La lluvia se había desatado con fuerza unas tres horas atrás, ocultando por completo los rayos de sol que nos mantenían cálidos. Pero ahora, las gotas cayendo del cielo eran suaves y pequeñas, muy pocas. Quizás en un rato más las nubes grises desaparecerían y la tormenta pasaría en su totalidad.

De brazos cruzados y ahí, bajo el techo del amplio porche perteneciente a la residencia de Rick, lo ví caminando bajo la lluvia en dirección a mí. En ocasiones, algunos habitantes se atravesaban en su camino para hablar con él brevemente. Probablemente todas esas palabras eran quejas acerca de mi liderazgo durante su ausencia, pues también ví a la esposa de Larry acercándose.

Mi sonrisa se desvaneció de a poco.

—Aquí, quiénes están mal son ellos — me giré hacia Judith. Ella se posicionó a mi lado, mirándome —, no tú. 

—Lo sé, es solo que... No logro comprender a esta gente. Deben dejar de temer y en su lugar ayudar a que todo mejore.

—Negan es increíble — comentó —. ¿Por qué le tienen tanto miedo?

Hice un gesto extrañada, y fue cuando recordé que Judith no sabía toda la historia acerca de Negan y la batalla que tuvimos contra él y los salvadores. Es cierto que Rick nos pedía ciertos favores, entre ellos ocultar algunas verdades sobre el pasado. Ella estaba enterada de que integrantes del grupo y la comunidad habían muerto hace tiempo, pero la realidad es que  no tenía idea del por qué o a causa de quién. Y muchas de esas muertes, entre ellas las de Glenn y Abraham, sucedieron durante la guerra contra Negan o a manos de él, algo que Judith ni siquiera se imaginaba. La pequeña creía que aquel tipo que estuvo encerrado durante años fue castigado de esa manera por haber sido un tipo problemático con los demás habitantes de Alexandria. Rick y Michonne mantenían oculta la verdad para proteger a su hija; lo hacían para evitar que se sintiera amenazada o temerosa ante el mundo de los muertos vivientes, aunque no me parecía que fuese lo correcto, pues ella merecía saber toda la historia, desde su nacimiento y la muerte de su madre, hasta ese preciso momento en el que charlabamos.

—Judith, tú lo sabes. Negan lastimó a varias personas de esta comunidad. Era un hombre problemático y no hubo más remedio más que darle un serio castigo.

Era mentira, pero debía hacerle creer que era cierto.

Yo también le mentía. Michonne y Rick le ocultaban la verdadera causa del odio a Negan, y yo contribuía. Le conté historias inciertas sobre él porque no quería arruinar la amistosa relación que establecían. Ella lo visitaba, le pedía ayuda para sus tareas, reían juntos, e incluso se sentaba frente a él para hablar sobre alguno o varios temas en específico.

No quería que se alejara de él. No quería que Judith también lo viera como el peor monstruo que hay en la tierra, porque claramente no lo era. Sus acciones del pasado decían lo contrario, pero no eran más que errores que cometió al no tener a alguien que le pudiera mostrar el mejor camino en el cuál avanzar a través del fin del mundo y subsistir dentro de este.

—Es una excusa demasiado estúpida como para que la mayoría justifique su desprecio y temor hacia él.

Se cruzó de brazos, entrecerrando sus ojos con el objetivo de demostrar su inconformidad o molestia.

—¿Por qué no vas a ver lo que dejé en tu habitación? — cambié de tema al ver que Rick finalmente se me acercaba sin obstáculos en el camino — Es algo nuevo para ti; algo que los niños consumían mucho antes de que el mundo cambiara.

No me abandones: El final se acercaWhere stories live. Discover now