102 Dolor asfixiante

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Todo era una pesadilla. Era una situación que se sentía bastante irreal, quizás porque jamás (ni siquiera en la guerra contra Negan) habíamos visto algo tan desquiciado como lo fueron aquellas estacas con las cabezas de personas conocidas clavadas en la punta.

Estaba en shock. Todo el camino de regreso a El Reino lo estuvimos.

-¡Por Dios, Rick! - exclamó Michonne al vernos entrar por las puertas.

Ella se acercó con Judith detrás, siguiéndole el paso.

-¿Qué ha ocurrido? Saliste solo, sin decir nada.

-No aquí - susurró Rick, con la mirada perdida y los ojos cristalizados.

Había un par de personas cerca que miraban la escena y parecían tratar de escuchar algo de lo que se hablaba.

Quería soltar el llanto ahí mismo sin importar qué, incluso a sabiendas de que mis lágrimas podrían alarmar a los habitantes al suponer que algo sumamente terrible pasó.

-De acuerdo... Está bien, vayamos a un lugar privado.

Michonne le frotó la espalda con una de sus manos mientras caminaban, posiblemente para hacerlo sentir más calmado. Ella estaba consiente de que Rick no se encontraba bien, ninguno de nosotros tres. Nuestros rostros eran prueba suficiente de que sucedió algo bastante malo, horrible.

-Entren.

La morena nos abrió la puerta de uno de los despachos pertenecientes a la comunidad y los tres nos adentramos de hombros caídos y el rostro entristecido.

Ahí dentro, yacían Leila con su dedo pulgar en el interior de su boca, Carol sentada detrás de un escritorio en una silla giratoria con la vista en sus manos, Daryl mirando a través de la ventana y Lydia recargada en la pared abrazándose a sí misma con la espalda un poco encorvada.

-¡Dios! Volvieron al fin.

Leila, al vernos entrar por la puerta, se nos acercó con denotada preocupación.

Me abrazó y después a Carl. No pude responder a su gesto como debía porque estaba hecha un desastre por dentro. Sentía que el pecho iba a explotarme.

Alan y Gill ya no estaban, y saber que Leila jamás volvería a verlos porque lastimosamente habían sido asesinados me partía el alma de una forma tan desgarradora. Sabía que ella estaba esperando a verlos... pero es que ya nunca vería sus rostros otra vez.

-¿Qué ha pasado? - cuestionó Carol desde su asiento - Después de la película muchas personas fueron reportadas como desaparecidas y tú saliste casi al amanecer, Rick, sin esperar.

-No iba a esperar. Habría sido tiempo perdido el organizar un grupo de búsqueda - sentenció.

Sus palabras eran en un tono bajo y temblorosas. Rick estaba adolorido.

-Los encontraste - esta vez, Daryl habló -. ¿Fue ella? ¿Lo hizo Alpha?

-¿Quién demonios es Alpha?

Carol parecía estar perdida en cuanto al tema.

-¿Dónde están los demás?

Escuché decir a Leila detrás de mí, cerca de la puerta de entrada.

Apreté los labios y agaché la cabeza.

-No están... Solo hemos llegado nosotros - explicó Rick, refiriéndose a él, Carl y yo.

-¿Dónde los tiene? Iremos por ellos.

Daryl se acercó, dispuesto a salir cuánto antes a la búsqueda de las personas faltantes. El punto es que no había nadie a quien rescatar. Era tarde, notablemente tarde ya. Pero lo difícil estaba en decirlo.

No me abandones: El final se acercaWhere stories live. Discover now