2.(HC) un pequeño inconveniente

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HARRY

VIII

Decidió llamarlo primero. Exactamente a las tres en punto.

Cedric atendió tan rápido que no le dio tiempo a calmar su tonto corazón.

—Ey, hola, Harry.

Su voz.

Firme pero suave.

Apenas se las arregló para responderle un tímido hola también.

Harry sabía que jamás se sentiría tan nervioso hablando con un amigo. Como si el no-tan-pequeño deseo de que sí hubiese algo más entre ellos no fuese suficiente, no podía creer que esto estuviera pasando de verdad.

Él, hablando por teléfono. Raro.

¿Y con el chico más precioso de Hogwarts?

No creía en su propia suerte.

IX

Nada nuevo. Cedric era la maravillosa, extrovertida y amable persona que acarreó esa conversación de forma que no fuese incómodo. Harry se relajó a los minutos. En parte seguía un poco nervioso, pero Cedric no podría hacer mucho para ello.

Casi que era su culpa por ser justo esa persona.

Y al mismo tiempo, todo nuevo.

Le contó cosas acerca de las últimas semanas que no había escrito en ninguna carta. Una mención a una reunión con sus amigos. Y Cho. Harry una vez más luchó con un sentimiento que no le gustaba, como un súbito dolor agudo que pasaba un segundo antes de desaparecer para dejarle sintiéndose tonto. Porque Cho era buena y había sido simpática con él en varias ocasiones, saludando y hablándole entre clases luego de haber acordado ser amigos esa vez.

No debía estar celoso.

Ella conocía a Cedric probablemente más que él, y tenía la fortuna de compartir tiempo a su lado.

Pertenecía a su grupo de amigos.

Era, bueno..., hermosa, y no sería confuso si no le gustara también.

La cuestión era que Harry solo pensaba en ella cuando Cedric la nombraba.

X

Cedric le preguntó sobre su padrino.

Las noticias de Harry no eran tan increíbles.

El Ministerio había accedido a realizar otro juicio, pero la fecha era dentro de unos meses. Y no habían dejado de buscarle. Aún se encontraban carteles con su imagen, porque todo el asunto ni siquiera había salido en el diario. Harry no comprendía cómo es que simplemente a nadie le interesaba su inocencia. Lupin se estaba ocupando, y le había escrito unas cuantas veces. A la gente no le gusta aceptar que se han equivocado, y tendrían que revisar cada caso en Azkaban. Pero Siri será un hombre libre otra vez, te lo prometo.

Había épocas en donde Sirius no le devolvía las cartas.

—Probablemente esté escondido —trataba de calmarlo Cedric, a quien también le indignaba la situación—. Si lo hubieran atrapado, creo que saldría en el diario. Puede que esté asentándose en algún lugar y todavía no haya podido responderte.

Quizás una lechuza estuviera volando desde muy lejos en ese momento.

Confiaba en que estaba bien.

Aun así, Cedric intentando hacerle sentir mejor lo derretía por dentro.

XI

—Los teléfonos son geniales.

Harry no le diría cuánto le divertía el entusiasmo de Cedric por objetos muggles que para él eran de lo más comunes. Creció escuchando a Vernon quejarse de ser llamado por empresas que buscaban venderle productos. Y las propagandas, benditas sean esas y la forma en que cortaría con enfado por haberse tenido que levantar del sofá.

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now