65.(H) nunca dije que era bueno

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HARRY

CXLI

Hermione insistió en que debían vestirse acorde a la ocasión.

—Es solo una cena —comentó Ron sin que ella le escuche.

Sin embargo, siguió su recomendación y se puso su mejor pantalón.

Al igual que Harry, a pesar de que tampoco le daba mucha importancia a esas cosas.

En realidad, si se detuvo a pensar qué ponerse fue por Cedric.

Quería verse tan bien como fuese posible.

CXLII

Cientos de veces habían visto el colosal carruaje que se encontraba a un lado del lago. Al llegar a la entrada, este parecía imponerse sobre sus cabezas como uno de esos altos edificios muggles del centro de la ciudad. De un suave tono azul plateado, la puerta se abrió para que Fleur los recibiera.

Llevaba un bonito vestido.

—Este es el lugar más elegante en el que he estado en toda mi vida.

Ron tenía razón, y aunque lo intentó, no se sentía vestido apropiadamente.

Con camisa blanca y pantalones negros, Cedric encajaba a la perfección en el hall principal, con paredes celestes que se asemejaban al blanco, toques dorados en las ventanas y unas escaleras enormes de marmol.

Harry no fue el único en quedarse asombrado.

Malcolm tenía su boca abierta.

Cho, Tam y Willow cuchicheaban entre sí.

—Por aquí —les indicó Fleur—. Han llegado justo a tiempo. Va contra el reglamento —se dirigió hacia ambas chicas— tomarse de las manos por los pasillos.

—No somos de esta escuela —respondió Tam—. No creo que las reglas apliquen en este caso.

Pero Willow ya le había soltado.

—Estoy segura de que debe haber chicas que lo hacen en privado.

—Oh, sí, claro que sí —sonrió Fleur por un momento—. En Francia alabamos el amor en todas sus formas. Nos ha sorprendido que en este país no haya... el mismo nivel de apoyo. Se está en camino, ¿no es así? —Comenzó a moverse hacia la gran puerta del fondo— Una sugerencia. Tomarse del brazo está permitido. Es lo que la mayoría hace. Harry, querido —le ofreció el suyo antes de entrar.

¿Por qué aceptó? Se moría de la vergüenza.

Si el hall le impresionó, ni hablar de la sala en donde se encontraban mesas redondas con sillas enfundadas en tela aterciopelada y candelabros brillantes. No aguantó el agarre de Fleur y se soltó, volviendo unos pasos hacia atrás.

—Podrían haber hecho aquí el Baile de Navidad —comentó Hermione por lo bajo—. Parece sacado de una película de Disney.

—Y nosotros somos Cenicienta —chistó Harry, lo que solo la hizo reír a ella.

CXLIII

Encontró a Cedric al final, y le lanzó una ínfima sonrisa cuando llegó.

Ya había pensado antes en él como un príncipe.

Solo que ahora era el suyo.

—Ey, lo siento —le salió disculparse.

—¿Por qué?

—Probablemente no debería haber... ya sabes —gesticuló hacia el frente, en donde todos se acomodaban en una mesa que Fleur les había preparado. Con magia, atrajo una silla extra. Recordó cómo se sintió cuando vio a Cedric entrar al baile con Cho del brazo e hizo una mueca—. Perdón.

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now