93.(CH) nuestra propia fiesta

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CEDRIC

CLX

Cuando le compartió su idea, Harry de inmediato estuvo de acuerdo.

Se ocupó de ir a la cocina y pidió la ayuda de los gemelos, lo que Cedric terminó reconociendo que fue acertado una vez que vio los resultados. Mientras tanto se trató de unos cuantos minutos incómodos: Cedric recordaba su última conversación con George —si podía llamarlo así—, sabía que Fred sabía de ello —porque incluso Malcolm se peleó con su hermano— y recordaba que George se había semi disculpado a través de su mejor amigo.

No estaba seguro de si contaba pero al mismo tiempo no es que fueran cercanos...

Ruidosos como eran los gemelos, su silencio pasaba desapercibido.

CLXI

La manera en que Malcolm saltó, asustado y sorprendido como un gatito, cuando el confeti explotó en mil pedacitos al entrar en el aula causó que el resto se riera.

Ninguno se lo esperaba.

Ni el enorme cartel que decía GRACIAS en ondulantes letras doradas y escarlatas, ni la gran mesa llena de pasteles, galletas y otras tantas delicias, jarras de jugo y un set de té.

Luna era la única que no lucía impresionada sino fascinada.

Harry emergió detrás de todos sus amigos y se aproximó a su lado.

Cedric pasó un brazo sobre sus hombros, complacido.

—Hemos organizado esto como forma de agradecerles a todos ustedes por su apoyo durante este año, por simplemente estar y ser unos amigos increíbles.

Malcolm parecía estarse limpiando unas lágrimas.

—En realidad, todo esto es mérito de Cedric —aclaró Harry, señalando el cartel a sus espaldas, y antes de que pudiera corregirlo, agregó—: Somos muy afortunados de tenerlos.

Otro sin fin de confeti explotó sobre sus cabezas.

CLXII

Cada uno tomó lugar en la mesa, y las conversaciones no cesaban en ninguna parte. Considerando que hacia tiempo que no se cruzaban por los pasillos, Cedric hablaba con Luna, con cierta confidencia que él intentaba brindarle. Y preocupación cuando le preguntaba cómo estaba, a pesar de que sus respuestas fueron positivas desde la fiesta de fin de año en la casa de los Lovegood.

A veces Cedric no comprendía a Luna por completo.

¿De qué forma podía mantener perfectamente su amistad con Ginny después de esa escena en el baile? Cuando a Luna sí le gustaba ella.

No lo entendía entonces y ahora tampoco.

Por suerte no tenía que.

Una amistad implicaba aceptarse el uno al otro, con sus diferencias.

Si ella se hallaba bien así, nada más importaba.

CLXIII

Se inclinó hacia Harry.

—¿Cómo hiciste para traerlos a todos sin que sospechen?

—Un mago no revela sus secretos —respondió Harry. Nunca había oído eso antes. ¿Sería una cosa muggle?— Parecen estar divirtiéndose.

—No habría podido hacerlo sin tu ayuda.

—Mentiroso, sí habrías podido —le pinchó con el dedo en las costillas.

—Tú le diste un toque —le sonrió con dulzura— y los gemelos, brillos.

Harry lucía como si estuviera a punto de reírse pero se detuvo a observar a su alrededor. Parte de la razón por la que se le ocurrió organizar este viernes a la tarde era que la habían pasado realmente bien durante el picnic y las dos prácticas con sus amigos y quería repetirlo.

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now