80.(C) hasta que llegaste tú

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CEDRIC

LXXXI

El plan era muy sencillo.

Saltarse la hora del té, acudir a la cocina media hora después de que los elfos terminaran sus labores de la tarde, y pedirle a Dobby que se uniera a la mesa.

Y a Winky.

La primera parte funcionó de maravilla.

Dobby les había servido vasos de jugo, uno para él mismo, con panecillos e insistía en colocar más platos de los que nunca podrían comer.

Harry probaba un poco de cada uno.

Winky, por el otro lado, aunque se hallaba cerca, se negaba a tomar asiento.

Lo veía impropio y no paraba de criticar a Dobby.

—Demasiada libertad es indecorosa para un elfo doméstico.

Cedric dudaba que existiera tal cosa como demasiada libertad.

A sabiendas que ella no aceptaría, le preguntó:

—¿Cómo ha sido comenzar a trabajar aquí en Hogwarts, Winky?

—Winky no trabajar, señor, sino servir en esta institución.

—Ha debido de ser un gran cambio...

—Uno con mucho pesar. Winky querer volver a su viejo hogar. Estar segura de que el señor Crouch necesita mis cuidados. ¿Cómo se las apañará sin Winky?

—Debe estar realmente ocupado, considerando que no le hemos visto por aquí desde hace meses —comentó Harry, masticando una galleta de chips de chocolate.

Lo que atrajo la completa atención de la elfina.

—¿Qué le habrá pasado a mi Señor? ¡Mucho trabajo! ¡Estrés!

Harry se inclinó hacia su pequeña figura.

—Corren algunos rumores...

—¿Cuáles? —le intrigó— El Señor Crouch es un hombre honrado.

—Nos apenaba venir a preguntarte a ti, pero...

—Winky hará todo en su poder para aclarar su imagen tal como debe ser.

Inseguro de los métodos de Harry, no tenía otros.

—Se dice por allí que... que Crouch se ha unido al lado... lado oscuro.

Ella se llevó una alargada mano a la boca.

—¡Jamás! ¿Quién osaría creer algo así? ¿Y de mi Señor, quien lo ha perdido todo por mantenerse en el lado correcto? Pocos han dado más que él. Si usted supiera, Harry Potter, usted mismo callaría a quien tenga el descaro de apuntarle un dedo.

LXXXII

—¿A qué crees que se refería Winky...? ¿Qué pudo haber perdido?

Conversaban en el pasillo luego de abandonar la cocina sin resultados certeros, las dudas y las pistas aumentando en conjunto.

—Sonaba demasiado segura de que Crouch no es un mago tenebroso —meditó Cedric—. Dobby me dijo una vez que siempre y cuando le sirva a una familia, es incapaz de revelar sus secretos. Una vez libre...

—Tiene pase para hablar cuanto desee, pero aun así prefiere no hacerlo.

—Winky ya no está bajo la orden de Crouch.

—Sí que sonaba segura... excepto que vimos su nombre, Ced, en el mapa. Es la única explicación. No puede hacer algo así sin haber decidido pasarse de bando. Quizás Winky no se lo habría imaginado.

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now