89.(HC) bueno en muchas cosas

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HARRY

CXL

Decidió que no se daría por vencido. 

Volvieron al aula la siguiente tarde.

Sin molestarse en mover el armario, Harry abrió la puerta. 

La misma imagen se proyectaba frente a él.

Esta vez todo en lo que podía fijarse eran las manos de Cedric presionadas en sus caderas, y la forma en que le abrazó de atrás. 

Riddikulus —musitó Harry como si lo dijera en serio, recordando una película. 

Se giró solo un segundo después de comprobar que el hechizo funcionó. 

—Te dije que te besaría —murmuró sobre los labios de Cedric, cuyas manos se reacomodaron sin ninguna demora.

—Es un poco espeluznante —sintió el roce de su sonrisa—, pero me agrada.

CXLI

Se reunían casi a diario.

Y esa misma noche de viernes Cedric tenía la última guardia del curso y le acompañaría. Estaba esperando por ello con más ganas que de costumbre. 

Los efectos de Cedric Diggory, así lo llamaría Harry.

La perspectiva de la práctica de hoy no le resultaba tan atrayente. No era que creía que podría lastimar a Cedric o Cedric a él.

Quizás le parecía extraño pelear a duelo con él, aunque fuese seguro.

Comenzó con precaución mientras Cedric comentaba algunos aspectos en voz alta sobre los escudos. 

—Los investi… Ay.

Harry se sintió un poco culpable por aprovechar su distracción.

—¿Decías? —bajó la varita en señal de paz.

Cedric no lo imitó. 

—Que los investigué hace un tiempo. Creí que podría maximizarlo lo suficiente como para que… que pudieras visitar a tu otro yo sin peligro —percibía la tristeza oculta en su tono. Conocía a Cedric lo suficiente como para saber que su distancia le hería por más que no quisiera hablar al respecto—. Defiéndete —le avisó antes de lanzarle un hechizo de esos que apenas notaba cuando le daban.

Lo comprobó esa única vez. 

Para ser justos, Cedric le dio el tiempo necesario. 

Harry se encontraba pensando en cuánto desearía poder obligarse a sí mismo a enmendarlo, pero no era su decisión. 

CEDRIC

CXXXVII

Fue un instante de suerte que su hechizo impactara en Harry, descubrió tras un rato. Incluso cuando lo intentaba con todo lo que sabía y se embarcaba en estrategias de ataque más que de defensa, no había forma. 

Los rumores que había oído sobre Harry se quedaban cortos. 

Claro que Cedric no era ni de cerca el mejor de su curso. Se consideraba medianamente decente, una habilidad que no le llamaba demasiado la atención. Lo que tendría que cambiar, pues lo necesitaría en el futuro. 

Claro que Harry tampoco estaba mostrando su potencial por completo.

Dio la práctica por terminada cuando Cedric ya no podía contar cuántas veces habría muerto de haber sido esos hechizos peligrosos. Lo que no llevó tanto tiempo. 

—Lo has hecho bien —le sonrió Harry, guardando su varita— ¿Nos vamos?

CXXXVIII

Se encontraron media hora después de la cena, justo cuando empezaba su turno.

El chico que amo -HEDRIC (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora