12.(CH) sensaciones que asustan

353 56 55
                                    

CEDRIC

LIX

Fue difícil resistirse a abrazar a Harry cuando lo saludó en el pasillo entre clases. Feliz cumpleaños, pasó diciendo por su lado con una sonrisa. Hermione y Ron, quienes se encontraban con él, también le saludaron y siguieron los tres su camino.

Quería pasar un rato con Harry, preferiblemente a solas.

No porque fuesen a hacer algo que no pudiera tener público, como besarlo.

Algo que le gustaría mucho hacer.

Se conformaría con verlo luego en el Comedor.

LX

El que toda la mesa de Hufflepuff le recibiera esa tarde con tanto ánimo no formaba parte de su plan. Sus amigos habían propuesto festejar en el Comedor y claro que cualquiera que quisiera ir estaba invitado. Era un lugar público, después de todo, y no le importaba. Aun así no se esperaba que la sala estuviese casi tan repleta como a la mañana ni que todos en su casa comenzaran a decir ni bien traspasó la puerta:

—¡Cedric, ya puedes poner tu nombre!

Tam, Willow y Zacharias también se encontraban en la multitud que le insistía a que lo hiciera. Incluso alguien resultó tener un trozo de pergamino y una pluma, y lo hizo. Escribió su nombre y se acercó al Cáliz, cosa que pretendía llevar a cabo en otro momento.

Uno más tranquilo y privado, no frente a todas esas personas.

Le ponía nervioso el que le estuvieran mirando.

Una vez hecho, aplaudieron.

Harry, entre ellos, alcanzó a ver antes de enfocarse en la figura que salía directo por la puerta, rápido. El cabello rizado era sencillo de identificar de espaldas.

Malcolm.

LXI

Lo siguió. Imaginaba que podía estar molesto por su decisión.

Ninguna novedad, pero era su mejor amigo y le importaba hablarlo.

Lo encontró a los minutos, solo porque estaba dando una vuelta a la derecha y tenía la cabeza y uno de sus brazos apoyados contra la pared. Quieto. Cedric corrió alarmado a poner una mano sobre él para ayudarlo.

Lágrimas caían de su rostro.

Cedric se quedó congelado.

—Mal, ¿qué pasa?

Limpiándose la humedad, él le respondió por lo bajo:

—Nada.

—Estás llorando. No puede ser nada . Vamos, puedes decirme.

—No lo entenderás.

Era la primera vez que decía aquello. Tan claro, tan sincero.

—Pruébame. Intentaré hacerlo. Lo prometo.

Se sorprendió de que Malcolm pareciera estarlo considerando.

—¿Recuerdas cuando te dije que lo mío con Fred no funcionaría?

Por supuesto que lo recordaba. Se había preocupado por su pesimismo.

Cedric asintió, sin saber a dónde se dirigía.

—Ese presentimiento... —continuó, tomando una respiración— Ese mal presentimiento que tuve... Es la misma sensación ahora, contigo. Solo que mil veces peor. No sé qué significa. Es malo, Ced. Es...

Malcolm se tapó la boca de pronto.

Miró el suelo, con el brillo en sus ojos delatándolo.

—¿Qué quieres decir? —le preguntó, porque tenía razón.

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now