14.(HC) loco de tantas formas

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HARRY

I

Adoraba a los gemelos Weasley.

De verdad que sí.

Y en realidad era su propia culpa después de todo, por no habérsele ocurrido una excusa cuando Fred y George aparecieron a las diez menos cuarto en la sala común de Gryffindor. Quedaban pocas personas presentes, y Harry estaba haciendo tiempo.

Buscando la forma de escabullirse.

¿Qué le diría a Ron? No tenía un buen plan para empezar.

Solo contaba con un deseo inmenso de pasar un rato con Cedric.

Mantenerlo despierto, como le dijo.

—Lo hemos probado todo —se lamentaba Fred, con una mueca—. Nos hemos oficialmente quedado sin ideas.

Claro que se referían a su último proyecto: cómo pasar la línea de edad.

—Hermione, tenías razón. Es muy difícil burlar la magia que sea que usó Dumb.

Era evidente lo que George intentaba hacer...

—¿Podrían ayudarnos?

Ellos habían sido muy buenos con Harry desde el principio, y ahora sabían acerca de su bisexualidad con una marcada preferencia por un chico bonito. No lo habían juzgado y, en su lugar, le acompañaban. Tenía a alguien con quien hablar sobre ello, incluso cuando le costaba hacerlo.

Tenía a alguien .

Le sentaba mal escaparse en vez de tratar de hacer lo mismo por los dos.

No le importaba que tampoco fuese a poder ser de mucha ayuda. Saltaba a la vista que estaban interesados en recibirla de Hermione, pero el trabajo en equipo era el mejor en todas las circunstancias. Como Fred y George se complementaban, ellos tres también lo hacían.

—Chicos, no puedo hacer eso...

—Vamos, Hermione, has de tener una idea. Eso es todo lo que piden.

El tira y afloja de la legalidad funcionaba muy bien.

II

Se lo había perdido.

Había dejado plantado a Cedric. Lo esperó luego del desayuno para disculparse y explicarle por qué no pudo ir. Sabía que Cedric no era del tipo de molestarse y que lo más probable era que Harry fuese quien se encontraba más afectado, considerando cuánto había querido ir.

—No te preocupes, Harry. Está bien.

Enojado no estaba.

Agotado, con suaves ojeras bajo sus ojos grises.

—Luces como si no te hubieses quedado dormido de guardia. ¿Mala noche?

—No he podido descansar bien.

Harry quiso levantar su mano para tocar su cabello. Un impulso extraño. Nunca había hecho tal cosa. Lo que sí hizo con ella fue colocarla en su brazo, sobre la oscura y sintética túnica. Por un instante, antes de ofrecerle caminar juntos hacia clase.

Cedric estaba más callado que ninguna otra mañana.

¿Sí le habría molestado...?

—Ced, en serio, yo no... No pretendía dejarte colgado.

Lo miró con un frunce que le hizo claro que ya había aceptado sus disculpas.

—Está bien, Haz. En serio. ¿Quizás... la próxima?

El chico que amo -HEDRIC (2)Where stories live. Discover now